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José Alvear Sanín   

Empieza a sobresalir por su amplia información, buen criterio e independencia, la joven periodista María Andrea Nieto. Entre muchas indagaciones suyas ha revelado al país, recientemente, los gastos en materia de “imagen” y de “comunicaciones” de la señora alcalde de Bogotá.

A pesar de que esos hallazgos de María Andrea aparecieron en un medio masivo de gran circulación, no han tenido el merecido eco, porque nos hemos acostumbrado al rutinario chaparrón de datos, que pasan sin análisis.

Pero lo de la señora alcalde no es de poca monta. En resumen, su Consejería de Comunicaciones (con 100 empleados) cuesta 541 millones mensuales, y en un año ha repartido 6.000 millones de pesos entre “contratistas”.  Además, 3 “asesores” le cuestan 604 millones al año al Distrito. Tiene también el portal www.bogota.gov.co, que cuesta 985 millones al año, y hay un “grupo audiovisual” con 13 empleados, que demanda otros 772 millones.

Y ahí no paran las cosas. Hay un politólogo que ha recibido, por tres contratos, 49´820.000 mensuales; un abogado de 11 millones y otros personajes con hasta 17 millones mensuales.

Como si lo anterior fuera poco, a un “operador logístico” le dieron un contrato por 6.828´000.000 por ocho meses, para organizar los eventos farandulescos en los que despotrica la señora Claudia López.

Desde luego, ahí no para el asunto, porque la pauta del Distrito y sus empresas en los medios masivos es abundante, y también existe un Canal Capital, con su respectivo “lambicolor”. Falta investigar el costo de esa mermelada, que también debe ser astronómico.

La periodista no va más allá, porque deja el asunto al criterio de sus oyentes y lectores. Yo, que conservo impreso lo que ella ha dicho, me pregunto si eso no es corrupción…

Me responde el DRAE: La corrupción en los asuntos públicos es la práctica que consiste en la utilización de las funciones y medios de esas organizaciones en provecho económico, o de otra índole, de sus gestores.

Es función de los partidos hacer la propaganda y promoción de sus líderes. En cambio, emplear el erario para crear una imagen positiva del funcionario es, sin duda alguna, corrupción. En el caso de la señora Claudia, esas colosales erogaciones no han dado resultado, porque la aprobación de su gárrula, errática, pintoresca, conflictiva, agresiva, contradictoria, ondulante, estridente e inepta Alcaldía, ha descendido del 89 al 50 % en los últimos catorce meses, como lo recuerda María Andrea Nieto.

Tan pobre resultado se debe al bien conocido hecho de que los malos productos no se imponen en el mercado, por más publicidad que sobre ellos se derrame.

Sergio Fajardo edificó su “imagen” regando pauta municipal y de EPM a manos llenas, algo así como 200.000 millones en cuatro años. Ese uso lo convierte en el precursor de Claudia López y de los numerosos alcaldes que ahora lo emulan. Esa corruptela se ha vuelto costumbre, precisamente por la impunidad que rodea las administraciones locales, de las que alcaldes y gobernadores salen convertidos en ambiciosas figuras nacionales con pies de barro.

Para terminar, dos citas de María Andrea: 1. Como la alcaldesa dice ahora que toda la plata está volcada en la atención social, los dineros invertidos en comunicaciones servirían para darles un subsidio de $ 37.000 (el más bajo contemplado en el programa Bogotá Solidaria) a 181.337 personas.

2. Y la respuesta de la alcaldesa a una humilde vendedora ambulante que le pedía ayuda: “Trabaje juiciosita, su mercé”

¡Ya tiene Claudia —opino— edad suficiente para aprender a “trabajar juiciosita”!

                                                                                              ***                                                                                     

¡No hay duda. Gustavo Petro pertenece a la misma iglesia católica del Padre De Roux!

Publicado en Columnistas Nacionales

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