Su mayúscula desesperación la muestran sus últimas acciones. Sigilosamente, mueve sus tentáculos para sembrar las dudas en la mayoritaria voluntad de cambio de los venezolanos. Que la gran probabilidad de la victoria democrática sea secuestrada por la nube negra de la turbación y el escepticismo. Lograr confundirnos hasta generar discordia en la unidad en su intención de desperdigarla en un sinnúmero de archipiélagos de egos inflamados. Que cada uno marche con su verdad a cuestas abjurando del compañero de ruta. Que escojamos abstenernos es la contribución más grande que se puede dar a su menguadísima opción. Ser nosotros mismos los que ahuyentemos los votos para que los mismos duerman en las casas. Que ese día decidamos playa, parrilla y whisky mientras nos roban al país para solo quedarnos con la queja. Semejante desatino es lo que auspicia la dictadura.
Hablamos de seres sin moral y sin escrúpulos. De esa forma se trastocaría la posible victoria. Las arbitrarias inhabilitaciones responden a esa artificiosa estrategia. Su labor es dejarnos sin recursos para replicar. La escogencia del nuevo CNE es darle cuerpo orgánico a su escurridizo fantasma. Es cierto que es el peor de los últimos veinte años, pero tendremos que vencer ese obstáculo por amor a Venezuela. Ellos harán el trabajo de ofrecernos desconfianza. Jugar a la división en donde se produzca la sensación que todo está perdido. Que con semejante órgano electoral todo es cuesta arriba. Que parezca que estamos atrapados y sin salida.
Sin embargo, quien tiene la llave para abrir la puerta que conduce a la libertad es sin duda el voto. La respuesta a toda la estratagema de la tiranía es que los venezolanos convirtamos las primarias en una inmensa jornada de repudio al gobierno. Luego hacer de quien resulte ganador el portavoz de una voluntad de cambio que hará de las urnas electorales un surco donde nacerá la mayor cosecha democrática que se recuerde en los anales de nuestra historia. No importa lo que intenten. Estamos seguros de que con la decisión de millones de ciudadanos las trampas del gobierno terminaran amelladas. Abarrotando los centros de votación. Ejerciendo el sufragio con voluntad patriótica no tendrán escapatoria. Hagan lo que hagan su destino está marcado. Con una millonada de votos en favor del candidato unitario es imposible que la victoria sea vulgarmente escamoteada.
En tiempo en donde la política venezolana es una borrascosa mirada sobre el porvenir es necesario actuar con inteligencia. Que la dictadura no tenga la excusa de patear el tablero. Con mucha sensatez para movernos. La clave es mantenernos unidos apartando las diferencias. Comprender que la visión está en la suerte de Venezuela. Obligarlos a que se desesperen al no conocer nuestra estrategia. Los planes jamás se revelan. Que sean los errores parte de sus pertenencias. Que la desmoralización que tienen sea alimentada por nuestra coherencia. Nuestras declaraciones tienen que ser para mostrar un modelo que sustituya este malévolo estado de cosas. Llevemos esperanza para un pueblo que la requiere. Construyamos la victoria desde la gente. Vayamos al encuentro del ciudadano más allá de parcialidades. Nuestro abanderado debe actuar como el próximo presidente. Con un mensaje de grandeza en donde el venezolano encuentre su hogar.
@alecambero
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