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Colombia: Una revelación asombrosa
Por Eduardo Mackenzie
https://twitter.com/eduardomackenz1/status/1659275141816406022
Rebelión en la Granja, Madrid
https://rebelionenlagranja.com/noticias/colombia-una-revelacion-asombrosa-por-eduardo-mackenzie-20230518/
La Linterna Azul, Bogotá
http://www.lalinternaazul.info/2023/05/19/colombia-una-revelacion-asombrosa/
Contexto Ganadero, Bogotá
https://www.contextoganadero.com/columna/colombia-una-revelacion-asombrosa
18 de mayo de 2023
El debate en defensa de la vicepresidente Francia Márquez hizo caer a Petro en el pantano de la mitología bárbara de la gota de sangre, del linaje sin mancha. Ese alegato está atravesado por la palabra “sangre”. La persona humana, según Petro, debe ser definida por su raza, no por sus convicciones morales, ni por sus capacidades, ni por su trayectoria vital, ni por sus sueños.
En su alegato del pasado 14 de mayo, en defensa de Francia Márquez y de su macarrónico viaje africano, con encuentros secretos en Pretoria, novio a bordo y baile en la capital de Kenia, el presidente Gustavo Petro lanzó un furioso discurso contra las personas que critican los objetivos e incidentes de ese periplo inútil: “Que los blanquitos ricos no se crean que no tienen sangre negra en sus venas, porque sí la tienen”, exclamó (1).
Nadie que yo sepa discute ese tema. ¿A quién le importa saber si los “blanquitos ricos” tienen sangre negra? ¿Quiénes son esos “blanquitos ricos”? Quien lo sepa que levante la mano. ¿Por qué entonces el estupendo presidente de la República lanza esa extraña disertación? Respuesta: porque él cree firmemente que con esa frase insulta a los “blanquitos ricos”. El cree que decir “ustedes son negros” va a devastar a sus críticos. Petro usa pues el agravio racial y racialista, basado en la sangre y en el color de la piel. Lanza como un proyectil el tema de la “sangre negra” contra sus adversarios políticos. Ese precipitado ataque revela el pensamiento de alguien que ve a la población afrocolombiana con desprecio. Petro simuló una alusión de simpatía y lo que consiguió fue lo contrario: desnudar un recóndito racismo anti negro.
La urgencia del debate en defensa de la vicepresidente Francia Márquez hizo caer a Petro en el pantano de la mitología bárbara de la gota de sangre, del linaje sin mancha. Ese alegato está todo atravesado por la palabra “sangre”. La persona humana, según esa creencia, debe ser definida por su sangre. No por sus convicciones morales, ni por sus capacidades, ni por su trayectoria vital, ni por sus sueños. Petro cree que lo definitivo es la sangre, la raza. Y él va más abajo y se detiene en el tópico de la “sangre negra en sus venas”. El elogio de la “sangre negra” en la argumentación de Petro se convierte en el horror de la sangre negra y ello abre graves interrogantes. La comunidad afrocolombiana va a comenzar a ver a ese personaje desde otro ángulo.
Con esa defensa estrafalaria el presidente pinta, además, a la sociedad colombiana como un territorio dividido en razas, en “negros” y “blancos” que se oponen entre sí. Falsifica la historia y muestra los orígenes de la nación colombiana de manera quimérica. “Nosotros venimos de África”, “Nuestras raíces son indígenas como también, africanas”, gesticula el nuevo inquilino de la Casa de Nariño.
Señor presidente, los colombianos venimos de muchas partes, incluso de África, pero no sólo de allá. Nuestra cultura nacional es plural. Hace eco a civilizaciones europeas y de otros continentes. Nuestras raíces espirituales están impregnadas mayoritariamente de la cultura católica. Su frase recuerda, en cambio, el eslogan de otro agitador: “Alles echte Germanen”, es decir “solo auténticos germanos”. Su autor: Adolf Hitler.
Estamos ante el discurso de un detractor de la historia de Colombia, de un agitador peligroso y cobarde que es capaz de asestar mentiras sin el menor escrúpulo a jóvenes y a grupos sociales de escolaridad inicial, para radicalizarlos y usarlos como masa de maniobra política y hasta para acciones violentas de “negros” contra “blancos” y sobre todo contra los “blanquitos ricos”.
Se ve que Petro jamás leyó la Carta de Jamaica donde el Libertador Simón Bolívar hace una descripción ajustada a la verdad sociológica y antropológica de la América española en los albores de la Independencia. ¿Cuándo veremos en el lenguaje del jefe petrista una palabra realmente ilustrada? ¿Cuándo veremos una frase que no contenga altas dosis de animadversión contra Colombia? Petro ignora, por ejemplo, el verdadero sentido del movimiento de la Independencia. En otra perorata afirmó que fue un movimiento “contra la esclavitud”. Esto es inexacto. La gesta libertadora tenía una meta mucho más vasta: la emancipación de todos los habitantes del virreinato, no de uno o dos sectores particulares. La esclavitud en ciertas regiones de Colombia y del continente hispanoamericano sobrevivió cien años a la independencia.
Petro levanta el brazo, cierra el puño, crispa el rostro. Su arenga para justificar el inútil viaje de Francia Márquez por África es menos un discurso que un grito bárbaro, una explosión de rabia. Al hacer esas bufonadas revela su desprecio por los Padres de la Patria: “Los primeros en hablar de libertad no fueron los que tradujeron los Derechos del Hombre de la literatura francesa, dice, sino que fueron los negros, príncipes y reyes de sus antiguas tierras, vueltos esclavos aquí en Colombia”. Otra distorsión de la historia.
Por motivos obscuros Petro detesta a los precursores de la lucha contra el imperio español en América. Francisco Miranda, Camilo Torres, Antonio Nariño. A todos esos criollos los quiere borrar de la historia, como hacía Stalin con sus víctimas. Antonio Nariño, otro notable acomodado y “blanco” de Santa Fé, poseedor de una impresora privada, pagó cárcel en Cádiz, de donde escapó, por haber traducido y publicado la Declaración de los Derechos del Hombre, un texto prohibido por la España de ese momento. De Cádiz pasó a Francia para entrar en contacto, en París, con Miranda. Va semanas después a Londres para buscar inútilmente ayuda del primer ministro Pitt. Luego de ser en 1811 el presidente del efímero Estado libre de Cundinamarca, Nariño muere en 1823.
Petro ni siquiera pronuncia su nombre y, en cambio, les atribuye a unos “príncipes y reyes” negros africanos “vueltos esclavos aquí en Colombia”, la primacía libertadora.
El nuevo jefe de Estado de Colombia ignora, u oculta deliberadamente, que esas ideas de emancipación eran ya las de Miranda desde 1782, gracias a sus lecturas de Hobbes, John Locke, Burke, Hume, Pope, entre otros. Y que en ello jugó mucho el hecho de que, en 1776, el monarca francés, Louis XVI, decidió ayudar a los insurgentes norteamericanos contra Inglaterra y envió fuerzas expedicionarias. Y no solo a lo que será más tarde Estados Unidos. El primer complot por la independencia de Chile fue organizado por dos franceses, Gramuset y Berney, en 1781 (2).
Petro no les dice a sus seguidores que las ideas contra las instituciones de la Colonia fueron proclamadas entre nosotros en 1810, primero en Cartagena, el 22 de mayo de 1810; luego en Santa Fé de Bogotá, el 20 de julio; en Cali, el 3 de julio; en el Socorro, el 10 de julio de ese mismo año, y que los protagonistas de eso fueron criollos liberales y notables separatistas, es decir ricos y privilegiados. Y que tales ideas, que evolucionaron hacia una ruptura con España, venían de Europa y de las colonias inglesas en América, donde las metas de soberanía popular y libertad de las naciones habían triunfado desde 1781-1783 en el caso de Estados Unidos, contra los poderes monárquicos y colonialistas europeos. La obsesión wokista de Petro le impide acercarse a la Historia.
El nuevo presidente de Colombia ignora a don Antonio Nariño y se inventa otra impostura: dice que no fue él, ni los otros patriotas de las juntas y revueltas de 1810, y los jóvenes generales que siguieron, los que crearon y dirigieron los fuertes ejércitos que nos dieron la libertad.
Petro insiste en generar confusión sobre ese proceso. “El ejército libertador no habría dado ni un brinco ante el ejército más poderoso del mundo en esa época el ejército español si no hubieran sido los indígenas y los negros los que levantados en armas hubieran constituido eso que se llamó el Ejercito del Libertador”. De nuevo la independencia fue, para Petro, una cuestión de montoneras, de razas, de indígenas y negros, de pobres, no de hombres libres de todas las condiciones, ni de ricos criollos, ni el resultado de una convergencia de fuerzas intelectuales, económicas y militares internacionales desatadas por la revolución americana y por la revolución francesa.
Petro utiliza un esquema esencialista que excluye toda noción de complejidad sobre la naturaleza del imperio español que fue estable durante tres siglos a pesar de la descomunal vastedad de sus territorios. Lo que indica que ese imperio no descansó sobre la tiranía y la barbarie, como lo pretende la Leyenda Negra inventada entre 1590 y 1623 por el protestante holandés Théodore de Bry, que Marx y la izquierda en general retomaron y retoman hasta hoy de manera imbécil.
Ese sector trata de hacer olvidar que los primeros en levantar la voz contra la esclavitud fueron españoles y católicos. Bartolomé de Las Casas, para proteger a los indígenas del trabajo agotador en las minas y haciendas, apoyó la idea de introducir trabajadores africanos en las colonias y contribuyo así, quizás sin advertirlo, a la expansión de la esclavitud de los negros, error que él reconoció. Otro religioso, el Padre Avendaño, trabajó en la abolición de la esclavitud, sin lograrlo. Al menos, como dice Salvador de Madariaga, “una admirable victoria había sido alcanzada por el espíritu cristiano cuando preservó a los indígenas de la esclavitud”.
Petro excluye lo que él define como “los blancos” (criollos, notables, juristas, hacendados, comerciantes, artesanos, generalmente todos ricos) de las fuerzas militares y de su comandancia, y los substituye por lo que él llama “indígenas y negros”. En realidad, pocos indígenas se sumaron a los ejércitos emancipadores, pues la mayoría de ellos conservaron sus tradiciones opuestas al modelo liberal (ciudadanos libres e iguales ante la ley) que se abría paso con la guerra. ¿Hay que preguntarse por qué la liberación del sur de Colombia y de Ecuador tuvo que encarar una fuerte resistencia indígena? ¿Hemos olvidado que los indígenas de esa región, fieles a la Corona española, montaron guerrillas y obligaron a Bolívar a decretar en Pasto la guerra a muerte en 1822? En la costa norte, en Chocó, Amazonas y los Llanos hubo idénticas actitudes.
Por otra parte, una fuerte cantidad de negros ingresaron a los ejércitos españoles, así como los hubo en menor grado en los ejércitos que luchaban contra España. No hay muestras de una cristalización o alineamiento claro de las comunidades negras con el movimiento de la Independencia. Los negros iban al bando militar, realista o independentista, que mejor ofreciera abolir la esclavitud. Muchos de los indígenas y negros reclutados por la fuerza por el bando patriota desertaban.
Petro remata así su discurso: “Y ahora nos vienen a decir que qué hacemos en África, pues bien decía la vicepresidenta que allá los antepasados de la vicepresidenta llegaron a América en medio de grilletes y ahora sus descendientes irán libres al país de sus ancestros”. Gustavo Petro y Francia Márquez olvidan que en la infame trata transatlántica de esclavos del siglo XV al XVIII (no confundirlo con el esclavismo antiguo de los tiempos de Grecia, Roma y Bizancio) participaron, en calidad de captores y traficantes de esclavos, muchos “reyes y príncipes” africanos. Los esclavos que ellos capturaban en condiciones atroces, sobre todo en el Congo y Angola, eran vendidos a los traficantes europeos. No fue en Colombia donde los “volvieron” esclavos, como dice Petro, sino antes, en las redadas de los esclavistas africanos. Según el historiados francés Olivier Pétré-Grenouilleau (3), con las vastas conquistas árabe-musulmanas del siglo VII nació la masiva trata de esclavos y sólo el 2% de los esclavos fueron capturados por traficantes europeos.
¿Las afirmaciones del presidente Petro del 16 de mayo merecen un debate público? Yo diría sí. ¿La postura asumida ese día busca un alineamiento particular de fuerzas políticas? Quizás. Por eso hay que estudiar el asunto y pedirle respuestas.
Notas
(1).- https://www.elpais.com.co/politica/petro-defiende-a-francia-marquez-con-crudo-comentario-los-blanquitos-ricos-tienen-sangre-negra-en-sus-venas-1732.html
(2).- Salvador de Madariaga, Le declin de l’empire espagnol d’Amérique (Albin Michel, Paris, 1958, p. 378).
(3).- Olivier Pétré-Grenouilleau, Les traites négrières (Gallimard, Folio histoire, Paris, 2004, p.27)
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La Fuerza Aérea de Colombia en crisis por reducción del presupuesto
Por Gabriela Moreno
Panam Post, Miami
https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/05/19/fuerza-aerea-de-colombia-en-crisis-por-presupuesto/
19 de mayo de 2023
La Fuerza Aérea de Colombia (FAC) está en crisis. Las horas de vuelo calculadas para 2023 para atender asuntos de seguridad y auxilio ciudadano quedarán en papel ante el recorte de presupuesto para este año. De 54.000 horas de vuelo previstas por la FAC, sólo estiman estar en capacidad de cumplir 36.550 este año por falta de presupuesto. "Solamente podemos volar hasta el 31 de julio. Luego de esa fecha no tenemos combustible", dijo el general Carlos Fernando Silva, segundo comandante y jefe del Estado Mayor de la FAC.
De los 2,9 billones de pesos que requiere la institución militar para funcionamiento e inversión, sólo se aprobaron 1,8 billones. La decisión de asignar 1,1 billones de pesos menos hunde en un déficit financiero a la FAC, que le impedirá cumplir con las 54.000 horas de vuelo previstas en 2023. Según el general Carlos Fernando Silva, segundo comandante y jefe del Estado Mayor de la FAC, la falta de recursos ubica ahora en 36.550 las horas de vuelo con probabilidad de ejecución. Esa cifra tampoco está garantizada ante el aumento del combustible, cuyo incremento ronda el 109 %, al pasar el galón de 8.000 pesos a 23.000. “Para esas 54.000 horas necesitamos 8.259.000 galones, y con el precio, necesitamos recursos por 182.000 millones, pero recibimos 125.000 millones. Esto nos pone en una situación especial para este año, pues solamente podemos volar hasta el 31 de julio. Luego de esa fecha no tenemos combustible. Solo queda la reserva estratégica que es para casos extremos como una guerra, pero nos quedamos sin capacidad de hacerle mantenimiento a los aviones”, dijo Silva a la emisora Blu Radio.
Más problemas por falta de liquidez
La falta de dinero para adquirir combustible no es el único problema presupuestario de la FAC, considerando que la mayoría de los repuestos de sus unidades son importados y en algunos casos, las aeronaves reciben mantenimiento fuera del país. Es una crisis donde además pesa la anulación del convenio macro que le permitía a sus instituciones castrenses obtener gasolina sin convocar licitaciones. El reporte del estado de la flota preocupa. De 408 aviones en la Fuerza Aérea, 91 están paralizados por mantenimiento. Significa que está disponibles para usar el 61 %, cuando lo esperado es el 71 %. “Se está envejeciendo la flota”, reconoce el jefe de Estados Mayor de la FAC tras revelar que extraen piezas de unos aviones para levantar otros.
Misiones en crisis
A la caída de las horas de vuelo por falta de recursos se suma la disminución de las misiones que les permiten a las Fuerzas Militares abastecer a sus tropas, transportarlas, vigilar las zonas conflictivas, reconocer áreas con necesidades de seguridad. También la atención de emergencias médicas o desastres naturales está en jaque porque si bien “la Fuerza Aérea siempre está ahí, necesita los recursos”, detalló el general. Detrás de la crisis presupuestaria hay agravantes, entre ellas, una ola de renuncias que comenzó con la salida del comandante del Ejército, el general Eduardo Zapateiro, días antes de la toma de posesión del Petro para no rendir honores a un exmiembro del M-19, uno los grupos narcoguerrilleros que en el pasado atacó sin piedad a la fuerza pública. Su renuncia multiplicó las solicitudes de bajas que en el primer trimestre de 2023 alcanzaron 112 dimisiones de oficiales superiores, lo que se traduce en un promedio de más de una renuncia por día.
Contradicciones sin salida
Para la Fuerza Aérea de Colombia salir del déficit financiero requiere 350.000 millones de pesos. El monto no parece estar en los planes de Petro, quien pese al pésimo panorama interno prometió en diciembre renovar la flota de 24 aviones de combate Kfir, que se había comprado en 1989 al ejército israelí. La medida es de “tipo administrativo”, dijo Petro, porque los “instrumentos son de la soberanía nacional”. Son los mismos argumentos que cuestionó duramente como senador al entonces presidente Iván Duque cuando presentó una iniciativa similar el año pasado. Lo culpó de supuestamente haber incurrido en “el máximo grado de irresponsabilidad de un gobernante” por proponer reservar 4.500 millones de dólares, equivalentes a 14 billones de pesos colombianos, para reemplazar los aviones de combate. “Incoherente, hipócrita y contradictorio”. Esos son los adjetivos que Gustavo Petro se ha ganado por la media que tampoco muestra señales de concretarse a casi seis meses de haberse anunciado.
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“Nos obligan a las formas más radicales para ir por la tierra”: advertencia de Petro
El Colombiano, Medellín
https://www.elcolombiano.com/colombia/politica/nos-obligan-a-las-formas-mas-radicales-para-ir-por-la-tierra-dura-advertencia-de-petro-AA21471177
20 de mayo de 2023
Al sancionar su Plan de Desarrollo desde Guainía, el mandatario Petro calificó como un “vacío” que el Congreso no profundizara en el tema de la tierra en el proyecto, y aseguró que ahora trabajará para “acabar la mentalidad feudal”. Desde el resguardo indígena de El Remanso, en el municipio de Inírida (Guainía), Petro sancionó este viernes su Plan de Desarrollo y, al advertir que hubo una “mancha” y un “vacío” frente al tema de tierras, advirtió que ahora su Gobierno se ve obligado a “las formas más radicales que las leyes establecen para ir por la tierra. Pudo ser más tranquilo”, aseguró.
El jefe de Estado defendió que la tierra es la base de la paz y la justicia social, por ello fue crítico al señalar que el Congreso tuvo que ser más ambicioso y avanzar en temas de la reforma agraria. “Es una enorme irresponsabilidad histórica que tengo que nombrar aquí, porque es una de las grandes manchas del Plan de Desarrollo. Es un vacío. No permite la construcción en el almendro mismo de la construcción de paz”, declaró. Según Petro, es necesario construir la democracia de la tierra y ello implica que campesinos trabajen las tierras fértiles que están en manos de improductivos: “Ese sector del latifundismo colombiano debe entender que ya es la época, en pleno siglo XXI, de acabar la mentalidad feudal”. El mandatario insistió en que si hay una distribución democrática de la tierra “habrá más producción, más riqueza, más alimentos y menos hambre”.
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Petro amenaza con “formas más radicales para ir por la tierra”
Por Javier González Penagos
El Colombiano, Medellín
https://www.elcolombiano.com/colombia/petro-amenazo-con-formas-radicales-para-ir-por-la-tierra-cuales-son-LA21478470
20 de mayo de 2023
El presidente Gustavo Petro no da su brazo a torcer en su controvertido plan de “democratización” del campo colombiano y este viernes, al sancionar su Plan de Desarrollo, levantó roncha y prendió las alarmas al arreciar en su propósito de adquirir, a como dé lugar, tierras improductivas y fértiles para ponerlas al servicio de campesinos. “Nos obligan a las formas más radicales para ir por la tierra”: dura advertencia de Petro. Al reconocer que el proyecto “no fue lo suficientemente audaz” y lamentar –indirectamente–, que no prosperó la ‘expropiación exprés’ que se planteó en la iniciativa, el mandatario lanzó una fuerte advertencia con dejo de amenaza. Según Petro, ante las trabas y barreras que se encontró en el Congreso para poner a andar su reforma agraria y recuperar tierras productivas, su Gobierno está obligado a acudir a las “formas más radicales de ir por la tierra”. “Hay que pasar por encima, saltar, y seguir adelante, porque nos obligan a las formas más radicales que las leyes actuales establecen para ir por la tierra, cuando pudo ser más tranquilo”, señaló el mandatario desde el resguardo indígena de El Remanso, en el municipio de Inírida (Guainía), donde sancionó su Plan de Desarrollo acompañado de su gabinete y congresistas de la bancada de gobierno.
El jefe de Estado –quien criticó la “mentalidad feudal” que persiste entre los dueños de la tierra– fue más allá y, aunque defendió que busca un proceso de diálogo y sin trampa, fue tajante al señalar que su Gobierno pretende concretar la reforma agraria: “Hablaremos para que sea voluntario, pero vamos por la tierra. La tierra debe tener una función social: producir, no tenerla”. Por todo esto, lamentó que el Legislativo no haya sido más ambicioso para hacer realidad la reforma agraria y manifestó que la tierra es la base de la paz y la justicia social –justamente los pilares de la hoja de ruta del Gobierno para los próximos 4 años–. “Es una enorme irresponsabilidad histórica que tengo que nombrar aquí, porque es una de las grandes manchas del Plan de Desarrollo. Es un vacío que no permite la construcción en el almendro mismo de la construcción de paz”, dijo.
¿Cuáles son los caminos?
Si bien el presidente enmarca su anuncio en la legalidad y al apego jurídico, el invocar “las formas más radicales de ir por la tierra” generó desconfianza y reavivó el revuelo que parecía haberse disipado a principios de mes cuando el Ejecutivo retiró el controvertido artículo del Plan de Desarrollo que obligaba a propietarios de latifundios a vender sus predios bajo la figura de democratización. De hecho, justo esta semana, la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan) destacó que, para evitar situaciones de expropiación, ha ofrecido al Gobierno Petro 448.000 hectáreas para dar vía libre a la reforma agraria, de las cuales al menos 120.000 “son viables”.
El profesor Sergio Roldán, abogado consultor en restitución de tierras y derecho agrario, e integrante del grupo de investigación en Derecho de Tierras de la Universidad Externado, explicó que, según la normativa actual, Petro podría apostar a 3 mecanismos “radicales” para agilizar su controvertida adquisición de tierras.
El primero sería la expropiación formal, un método que no deja de atemorizar a varios sectores sociales y políticos que evocan lo ocurrido en Venezuela con Hugo Chávez. Bajo esta figura, el propietario se ve obligado a entregar su tierra al Estado en beneficio de la comunidad en una operación en la que media una indemnización previa. “Un ejemplo claro de expropiación es lo que ha ocurrido con los terrenos que se han adquirido en Bogotá donde está el trazado de la primera línea del metro. También en aquellos predios donde van carreteras como la ruta del sol”, señaló Roldán.
El segundo mecanismo sería la extinción de dominio. “La Constitución, en sus artículos 58, 65 y 66, reivindicó que la propiedad debe cumplir con una función social y ecológica. El Gobierno podría determinar que, si estos preceptos no se cumplen, el Estado podría acudir a la extinción de dominio. Sin duda, es la medida más dura y poco se ha usado”, agregó. El profesor señaló que la función social está ligada íntimamente a la productividad de la tierra: “Imagine que usted tiene 100 hectáreas y 70 de ellas son improductivas. Ahí se estaría incumpliendo la función social. O que usted desvíe un río para regar sus siembras. Allí se estaría incumpliendo con la función ecológica de la propiedad”.
Una tercera vía sería la recuperación de baldíos de la Nación indebidamente apropiados por particulares. “Por vía de juicios de pertinencia, muchos jueces terminaron acreditando la propiedad de terrenos baldíos a gente. El lío es que hubo una mala interpretación de la ley, porque esos bienes baldíos son imprescriptibles y enajenables”, precisó el docente.
Por su parte, el abogado Camilo Díaz, experto en Derecho de Tierras, sostuvo que hay espacio para un cuarto camino que, de hecho, quedó contemplado en el Acuerdo de Paz firmado con las Farc: actualizar el catastro multipropósito, es decir, el censo del valor de los bienes, que podría conducir a que predios que hoy pagar por el impuesto predial, por ejemplo, $1 millón por 10 hectáreas, ahora con la actualización pague el valor correspondiente a 2023. “Lo que se necesita realmente es inversión para las entidades encargadas de llevar a cabo la implementación de la reforma agraria. Eso significa mayor capacidad de personal, tecnología y compra directa de predios. Se necesita celeridad de las entidades”, sostuvo Díaz. El desafío ahora será para Petro, quien está llamado a disipar los miedos y cuestionamientos alrededor del cómo atajará el problema de tierras en Colombia, donde se calcula que el 1 % de la población concentra el 80 % de la propiedad rural. Sin duda, la amenaza no será el camino.
Acuerdo para la compra de tierras
Esta semana, el gobierno Petro y Fedegan concretaron un acuerdo para que el Ejecutivo compre casi 500.000 hectáreas de tierra como una medida para avanzar en la reforma agraria. “Hay alrededor de 448.000 hectáreas que llegaron de manera voluntaria para la venta”, destacó la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica. Según la funcionaria, de las 448.000 hectáreas ofertadas, alrededor de 120.000 son viables técnica y jurídicamente. “Sumando lo del gremio y otras ofertas de particulares hay en proceso de análisis 890.000 hectáreas para verificar si su compra es posible”. Mojica agregó que concretar la reforma es un compromiso compartido que implica “sumar todo el esfuerzo tanto de la Federación junto con el esfuerzo de entidades públicas en aras de lograr avanzar rápidamente para una respuesta efectiva a la reforma”.
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Petro y el ELN: ¿rumbos diferentes?
Por Beatriz de Majo
El Nacional, Caracas
20 de mayo de 2023
Haciendo gala de la actitud intemperante que lo caracteriza Gustavo Petro puso el dedo en la llaga cuando se animó a declarar que la cúpula del ELN que se sienta en las tratativas de paz de la Habana no representa al conjunto de la fuerza armada irregular que configura esa guerrilla. El resultado no se hizo esperar y los elenos se pararon de la mesa y dejaron con los crespos hechos al resto de los negociadores. Se declararon en “pausa”.
Cuesta admitirlo, pero si en algo el Presidente de Colombia tiene razón es en esa aseveración. Quienes se sienten ungidos de autoridad suficiente para negociar la desactivación de esta guerrilla no necesariamente cuentan con la solidaridad activa del conjunto de los frentes que la componen. No han sido electos para representarlos ni tienen un mandato definido para transar con el gobierno su desactivación y el retorno a la vida civil regular. Eso lo que significa es que cualquier resultado que tenga la tratativa de La Habana para conseguir la ansiada Paz Total de Petro puede sufrir la misma suerte que la experiencia anterior encabezada por Juan Manuel Santos en 2016.
Es que algo similar ocurrió con las FARC. No había transcurrido mucho tiempo de la rúbrica del acuerdo cuando las “disidencias de las FARC “se hicieron presentes con toda su fuerza en la dinámica colombiana y el resto de la historia es conocida por todos. Más masacre, más secuestros y extorsiones con lo que el Premio Nobel recibido por el expresidente se quedó en letra hueca, y a Colombia le ha tocado enfrentar una nueva etapa de renovada violencia, esta vez con la venia del gobierno de Nicolás Maduro.
No es equivocado pues que Petro traiga a colación el tema de la falta de autoridad de los negociadores después de haber tenido que hacer frente a un ataque con explosivos a una base del ejército en Catatumbo, zona cocalera fronteriza con Venezuela donde las fuerzas armadas de Colombia sufrieron bajas de 9 oficiales. Lo mismo lo
experimentó Iván Duque, quien, en 2019, suspendió los diálogos con esta guerrilla después de un bombardeo a una escuela de formación de oficiales de la Policía en Bogotá, donde murieron 20 cadetes. ¿Cuál unidad de mando existe, en la realidad? El resto de la intervención presidencial no fue menos abrasiva. Sin el menor asomo de duda Petro puso de relieve la vinculación de la guerrilla con la cual negocia con la economía ilícita del narcotráfico y otras, y se refirió a la necesidad de desactivación de esta vertiente de su actuación.
“El ELN ha variado, no es un grupo insurgente como antaño, está peleando territorio por la economía ilícita (...) Los frentes son autónomos, son federales, giran todos alrededor de la economía ilícita, poco tienen que ver con el padre Camilo Torres”. Estas declaraciones que causaron la repulsa de los negociadores en la Habana pudieran haber sido sabiamente calculadas por el mandatario para conseguir el cese al fuego de los insurgentes, lo que es su meta más inmediata, pero en ninguno de los dos terrenos le falta la razón y es claro que, en torno a ellos, las dos partes miran en direcciones opuestas.
Si a raíz de un acuerdo de paz- que aún no está a la vuelta de la esquina- Colombia debe de nuevo protagonizar un episodio cruento con las “disidencias del ELN”, poco habrá avanzado el país vecino en la construcción de la ansiada normalidad, y Gustavo Petro habrá perdido sus alfiles. El tema de la negociación de la paz de su país es su prueba de fuego, la propuesta programática de un mandatario que, ante los ojos del país que votó por él, tenía algún género de identidad conceptual y filosófica con los alzados en armas del país. O sea tenía todas las de ganar. Recordemos si no, su vinculación temprana con el M19.
En aras del beneficio de los hermanos colombianos hay que esperar que todo lo anterior no sean más que técnicas negociadoras que lleven a buen puerto la ansiada recuperación de la calma en Colombia. Con Petro no es posible saber realmente por dónde van los tiros… con el ELN tampoco.
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La Constitución americana es el documento político más notable jamás creado
Por Matthieu Creson
Iref Europe, Paris
https://fr.irefeurope.org/publications/les-pendules-a-lheure/article/la-constitution-americaine-fut-le-plus-remarquable-document-politique-jamais-cree/
Traducido por Colombian News
19 de mayo de 2023
Mientras que Francia ha conocido varios tipos de regímenes políticos, que se han alternado constantemente durante el siglo XIX, Estados Unidos siempre ha vivido bajo un mismo sistema político: el republicanismo constitucional. Hasta ahora ha habido cinco constituciones republicanas distintas en Francia, contra una sola al otro lado del Atlántico: la de 1787. El meteórico ascenso de Estados Unidos en los siglos XIX y XX, la incomparable prosperidad que lograron durante el mismo período, ¿no se explican, al menos en parte, por la fuerza de la Constitución americana, "el monumento institucional más perfecto para la defensa de la libertad", como escribe Pascal Salin en su libro Français, n’ayez pas peur du libéralisme (1) “imaginado por hombres profundamente deseosos de defender la libertad individual”?
Incluso si siguen siendo hoy el país que encarna más que ningún otro el ideal de la libertad (aunque la Heritage Foundation lo ubica en el puesto 25 solo por libertad económica), está claro que los Estados Unidos de hoy son considerablemente diferentes de lo que habían sido durante los primeros 150 años de su historia. El peso del estado federal (Big Government) ha seguido creciendo, especialmente desde el New Deal de Franklin Roosevelt. Esta tendencia ha continuado bajo Obama y, más recientemente, desde que Biden asumió el cargo. Como Roosevelt, que quiso adoptar una nueva Declaración de Derechos (económicos y ya no políticos: derechos a la vivienda, al trabajo, a la educación, etc., lo que necesariamente implica quitarles a unos –los “ricos”– para redistribuirlos a otros), muchos demócratas radicales insisten hoy en que la Constitución estadounidense sería un “documento vivo”, que podría ser enmendado libremente de acuerdo con la evolución de la sociedad y sus necesidades.
De hecho, muchos soñaron con cambiar la Constitución, pero dado que constituye el cimiento mismo de los Estados Unidos, se reducen a esperar cambiar la Constitución. (Un estadounidense incluso me dijo que cree que la Constitución es completamente arcaica y que ya es hora de reemplazarla). Según una encuesta de 2020, el 57 % de los demócratas interrogados creen que la Constitución estadounidense está “arraigada en el racismo”, y el 64 % lo considera un “documento sexista”. Seamos claros: esta es otra coartada presentada por los demócratas más izquierdistas para lograr su objetivo final: vaciar la Constitución estadounidense de su sustancia liberal e individualista y reemplazarla por un enfoque colectivista de la sociedad.
*Matthieu Creson es conferencista y ha trabajado como docente. Es egresado de la EDHEC y tiene maestrías en filosofía, literatura e historia del arte.
(1) Éditeur Odile Jacob, Paris, 2007, p. 280.
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