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Sergio Ramírez       

¿Qué hace en Managua el presidente de la duma, cuando los cohetes rusos caen sobre Ucraniana?

Como parte de las medidas de aislamiento que los países europeos han tomado en contra de Rusia a consecuencia de la invasión a Ucrania, el avión en que viajaba hacia Moscú Viacheslav Volodin, presidente de la duma, fue impedido de volar sobre el espacio aéreo de Suecia y Finlandia, y tuvo que desviarse muy hacia el norte para llegar por fin a su destino.

Esta noticia, entre tantas que se publican a raíz de esta guerra en la que Vladimir Putin juega con la sangre ajena el juego imperial de zar de la Santa Madre Rusia, no me daría pie para iniciar este artículo si no fuera porque el avión del camarada Volodin venía de Nicaragua, un destino que, en estas circunstancias, a muchos no dejará de parecer extraño. ¿Qué hace en Managua el presidente de la duma, cuando los cohetes rusos caen sobre las ciudades ucranianas?

Volodin fue recibido con pompa y circunstancia, y uno de los hijos de Ortega le dio la bienvenida oficial. Hablando en una sesión del Parlamento nicaragüense, convocada en su honor, dijo, con la misma cara de jugador de póquer que pone Putin, que “la población de Ucrania no tiene que temer a la operación pacificadora, porque está dirigida a la desmilitarización”.

Reunido Volodin esa misma tarde con la pareja presidencial, Ortega aprovechó para otorgar su respaldo sin reservas a la invasión, tal como lo había hecho días atrás delante de otro enviado del Kremlin, el vice primer ministro Yuri Vorisov, quien llegó en visita oficial el 17 de febrero.

Ya en septiembre del 2008, después de que Rusia había arrebatado a la república de Georgia los territorios de Abjasia y Osetia del Sur, Ortega corrió a reconocerlos como países independientes. Su canciller de entonces declaró sin sonrojo, respecto a las relaciones con estos dos protectorados: “Estaremos actuando a través de nuestros amigos, probablemente Rusia, para establecer contactos más estrechos con ellos”. Los otros únicos países en el mundo en avalar el despojo fueron Vanuatu, Tuvalu y Nauru, pequeñas islas perdidas en el océano Pacífico. Y Venezuela.

En 2014, Ortega se apresuró en respaldar la ocupación rusa de Crimea, donde mandó establecer un consulado, iniciativa que esta vez no acompañaron Vanuatu, Tuvalu y Nauru. Y ese mismo año, al concluir una visita oficial a Cuba, Putin ordenó hacer una escala de un par de horas en Nicaragua porque no quería regresar a Moscú sin mostrar personalmente a Ortega su agradecimiento por tanta largueza, “un socio muy importante en América Latina”, según sus propias palabras. Una sociedad afectiva, pero que no se traduce en muchos beneficios para el propio Ortega, que en medio de su propio aislamiento busca aliados estratégicos, aunque sean lejanos, como la propia Rusia, China, Corea del Norte, o Irán.

Cada vez que se da una de estas visitas se habla de grandes proyectos de cooperación; pero hasta ahora todo se ha traducido en que el ejército ha recibido viejos tanques refaccionados de la Segunda Guerra Mundial, y el Gobierno, partidas de autobuses que no duran ni un año en buen estado; además de una antena de comunicación terrena que algunos toman por un sistema de espionaje.

Para expresar su entusiasmo por la invasión a Ucrania, Ortega escogió nada menos que la celebración del aniversario del asesinato del general Sandino, el 21 de febrero; y allí reconoció también la “proclamación de la independencia” de las repúblicas de Donetsk y Lugansk.

“El presidente Putin ha dado un paso hoy, donde lo que ha hecho es reconocer a unas repúblicas que, desde el golpe de 2014, siendo fronterizas con Rusia, crearon su gobierno”, dijo, hablando desde las cavernas enmohecidas de la Guerra Fría, al tiempo que justificaba los preparativos bélicos para invadir Ucrania como acciones para asegurar la paz.

Sandino se alzó en armas en 1927 en rechazo a la intervención armada de Estados Unidos. Usar la efeméride de su asesinato ordenado por Anastasio Somoza, el fundador de la dinastía, para justificar una intervención imperialista como la que Rusia ha perpetrado en contra de Ucrania es volverlo a asesinar.

www.sergioramirez.com

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 02 de marzo de 2022.

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