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Jorge Enrique Pava  

De los resultados de las elecciones regionales de octubre 2023 depende gran parte del futuro del gobierno Petro cada vez más díscolo, autoritario, corrupto,  inepto, pendenciero y desorientado. El pueblo lo sabe y, a pesar de que las voces críticas se incrementan exponencialmente, seguimos corriendo el riesgo de que la apatía que provocan unas campañas fundadas en los odios, el resentimiento, los defectos del adversario y la descomposición partidista, nos lleven a elegir a sujetos incapaces como Carlos Mario Marín y a entregarle el poder a mafias como las que él y su primo, el representante Osorio, encabezan en Manizales y Caldas.

Y antes de que la renovada Bodeguita Verde se despache con insultos, diatribas y amenazas preguntando por qué no incluyo a las Marionetas, aclaro que mientras en este proceso existen condenas, investigaciones, persecuciones jurídicas y órganos de control y de justicia actuando aceleradamente, en los de la mafia Marín-Osorio la constante es la impunidad, la desvergüenza, el latrocinio, el nepotismo, el constreñimiento y la corrupción galopante bajo la égida de los mismos órganos. En este último caso tenemos que seguir insistiendo hasta el cansancio; en el primero, tenemos que dejar que la justicia actúe, pues podrían llegar a quedar seriamente involucradas las dos organizaciones criminales: Marionetas-Mafia Osorio-Marín. ¡Es cuestión de tiempo!

Cuando hablo de descomposición partidista me tengo que referir específicamente a lo que ocurre en el Centro Democrático en Caldas. Y lo digo con conocimiento de causa y hasta con dolor porque, como opción electoral, hoy está sumido en un estiércol apestoso que lesiona gravemente las aspiraciones de sus militantes, los llena de incertidumbre, la rapiña intestina es degradante, la desconfianza de los votantes es fundada, y el debilitamiento de la democracia es alarmante.

Y cuando hablo del debilitamiento de la democracia me refiero a que solo con partidos fuertes el pueblo puede aspirar a imponerse en las urnas, eligiendo con convencimiento y buen juicio. Porque si los partidos, como estructuras básicas primarias, se pudren internamente, lo que proyectan es hedor, inestabilidad, apatía, desprecio y repulsión, y esto puede conllevar el incremento de la abstención y se termina eligiendo nuevamente al más alharacoso, mitómano, mafioso y corrupto.

De manera pues que lo que vive hoy el Centro Democrático tiene que ser objeto de solución inmediata, pues los egos que tradicionalmente se han manejado en el partido, y que con estoicismo han soportado las bases, las ubica en el  peor de los mundos, pues ya no saben si sus directivas reales son las que oficialmente determinó la institución, o si tienen que someterse al poder espurio que ostentan quienes se niegan a entregar oficialmente sus puestos de mando, a pesar de haber renunciado o haber sido removidos por las directivas nacionales.

¿En calidad de qué continúa actuando Gustavo Alberto Hoyos, cuando han pasado varias semanas de su renuncia y cuando la remoción oficial de su cargo es un hecho? Tampoco se entienden, entonces, las dificultades que afronta la concejal María Constanza Montoya Naranjo, investida oficialmente como Coordinadora Departamental de Caldas desde el  22 de junio de 2023, y quien se ha encontrado con grandes obstáculos para desarrollar sus labores por la presencia usurpadora del anterior coordinador que, repito, se niega a dejar de fungir como mandamás y se arroga funciones que no le corresponden.

De ahí que los aspirantes a candidatos se encuentren con una duplicidad de ofrecimientos para sus avales y terminen sin entender realmente quién los autoriza. Estamos a 8 días del cierre de inscripciones y ningún partido responsable puede, por sus indefiniciones, someter a esta angustia a sus propios militantes y aspirantes.

En cualquier partido político la remoción de sus directivos se da con la sola expedición de actos oficiales. Pero en el CD, Gustavo Alberto Hoyos, sigue ejerciendo y fungiendo como el vocero que ya no es. ¿Qué lleva a las directivas del partido a soportar comportamientos espurios, a sabiendas del daño que le van a causar al movimiento?¿Exceso de información, temor de delación, condicionamientos y secretos incontables…? No de otra manera se entendería que toda una colectividad se deje condicionar de su verdugo. ¡Exigimos la verdad!

 
Publicado en Columnistas Regionales

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