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Jorge Enrique Pava  

De acuerdo con Vlex “La motivación del acto administrativo consiste en dejar constancia de las auténticas razones por las que la administración adopta la decisión, y tiene como fin permitir al destinatario poder enfrentarse y, en su caso, combatir, este acto administrativo.”. De aquí se desprende entonces que un acto administrativo sin motivación, o con falsa motivación, está revestido de nulidad. Pero, adicionalmente, que cuando existe la motivación, ella es parte fundamental del acto, por lo que, en el momento en que desaparezcan los elementos que lo motivan, debería desaparecer el acto decretado.

Lo anterior lo traigo a colación con el fin de evidenciar cómo Carlos Mario Marín, además de caracterizarse por su ineptitud, indolencia, improvisación, corrupción, desconocimiento e incapacidad, viene gobernando a punta de alcaldadas que solo provocan desazón, inconformidad y disgusto en los ciudadanos, desestabilizando la armonía social y la economía local.

Miremos dos casos puntuales: la “banda ciclo preferencial temporal” por la avenida Santander, y la implementación del pico y placa en la ciudad.

El Tribunal Administrativo de Caldas dijo: “Por medio de un escrito del 5 de mayo de 2020 la Secretaría de Tránsito de la ciudad de Manizales presentó las bases para la implementación de una banda ciclo preferencial temporal por la avenida Santander, informando que la misma obedece a la reglamentación vigente y a un estudio de conveniencia de la banda, además de que se instaura como una medida necesaria de transporte en medio de la emergencia suscitada con ocasión del Covid-19…

“Así́ mismo, se encuentra probado que dicha implementación tiene soporte en un estudio previo que se realizó por parte de la administración pública, en donde se indicaba la viabilidad de la instalación de la banda preferencial para el tránsito de bicicletas de manera transitoria y como una medida para facilitar el transporte de los ciudadanos en la pandemia generada por el Covid-19 a efectos de evitar el uso del transporte público.”.

Los anteriores argumentos sirvieron de base al Tribunal Administrativo de Caldas para revocar la sentencia que había ordenado levantar la ciclobanda, y que le daba la razón al actor en cuanto a la nulidad del acto. Es decir, como se trataba de una medida transitoria y se amparaba en una situación coyuntural de salubridad pública, el H. Tribunal decidió respaldar el capricho del alcalde, desconociendo en un todo los argumentos del juez de primera instancia.

¿Qué tenemos hoy? El Covid-19 dejó de ser pandemia; volvimos al contacto social sin restricciones; el uso del transporte público está regularizado; y la vida ha vuelto a la normalidad. Pero el embeleco de la “banda ciclo preferencial temporal” continúa y siguen malgastando millonarias sumas en delineaciones zigzagueantes que tienen que ser borradas para volverlas a pintar. Es decir, permanecemos con las consecuencias habiendo desaparecido las causas, y la ciclobanda se convirtió en un nuevo foco de corrupción.

Y en cuanto al pico y placa tenemos: el Decreto 0179 de 2022 – secretaría de Movilidad, tiene como una de sus motivaciones la siguiente: “Que en el sector de la intersección de los cedros actualmente se encuentra en ejecución, cuya obra se estima perdure hasta el segundo semestre del año 2023, lo que genera lentitud en la movilidad vehicular del sector a causa de las intervenciones de obra.” (sic). ¿Qué tal?  La justificación de la implementación del pico y placa es absolutamente traída de los cabellos y significa más un atentado a la dignidad de los manizaleños que una razón de lógica y de ley. Y atenta contra nuestra dignidad porque solo a este alcalde se le ocurre romper las calles de una avenida, en un punto neurálgico, para justificar quien sabe qué compromisos en detrimento de toda la ciudad, para luego retirar trabajadores, máquinas, operadores y contratistas. Rompe para decretar, dilapida nuestros recursos, bloquea la ciudad y genera enormes perjuicios, solo para justificar un pico y placa absurdo y perjudicial.

Estas son las alcaldadas que tienen a Carlos Mario Marín en el foso de la popularidad y a Manizales en el atraso, el caos y la insatisfacción de sus habitantes. ¡Y pensar que nos faltan todavía 16 meses de esta corrupta tortura! ¡Pobre mi Manizales!

www.titepava.com

 
Publicado en Columnistas Regionales

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