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César Salas Pérez   

Tal como aconteció en 1979 con el inmolado líder, su movimiento político fue calificado en su momento, como un acto de rebeldía contra los caciques de su partido liberal, así mismo, cuatro décadas después, el nuevo liberalismo revivido por la Corte Constitucional, le fue entregado en bandeja de plata al clan Galán para desafiar el feudo del ex presidente César Gaviria, quien como buen sepulturero, tiene a su colectividad oficialista y gendarme ad portas de desaparecer dentro del organigrama político electoral colombiano.

El momento de la resurrección no pudo ser mejor, en un año electoral, con elecciones al congreso y presidencia de la república, sin embargo, para el nuevo partido, no solo está en juego la conformación de las respectivas candidaturas sino también el enorme peso del legado Galán Sarmiento y la responsabilidad de ondear sus ideales, de revivir viejos sentimientos no tanto por “el trapo rojo”, sino más bien, por refundar la colectividad y permitir que nuevas figuras, ajenas a las mañas politiqueras de siempre, con gente decente y preparada, empiece a renovar el triste ejercicio de la actividad política.

Desde ya les corresponde a los hermanos Galán Pachón y a su señora madre, hablar con claridad y sin tapujos frente al país con respecto a si el nuevo liberalismo va a ser un partido de familia o un escampadero de los mercaderes electorales de siempre, o por el contrario, una colectividad pluralista, incluyente y generadora de espacios críticos, propositivos y con visión de país.

Si se cae en lo primero, la lucha del padre habrá sido en vano.

Mientras se surten los trámites administrativos en el consejo Nacional Electoral, se promulgan los estatutos, se elige la mesa directiva y el logo que los identifique, los Galán Pachon desde tiempo atrás vienen teniendo  acercamientos con muchas personalidades de distintas vertientes políticas, sociales, culturales, deportivas, líderes de opinión y personajes nuevos con deseos de incursionar en el mundo político, con miras a la conformación de las listas a senado y cámara de representantes en todo el país.

Algo sí está claro y es que el ex senador Juan Manuel Galán será el potencial candidato a la presidencia y/o el encargado de liderar una virtual coalición de centroizquierda que los posicione en segunda vuelta.

Sin duda, el proceso que emprende desde ahora el Nuevo Liberalismo es el de refundar la militancia, además de las nuevas generaciones y la integración de todos los sectores de la sociedad que quieran hacer parte del ideal de Luis Carlos Galán Sarmiento.

Ahora entremos a analizar cómo va a jugar este partido de cara al debate del 2022. Lo primero por decir es que este es un evidente brazo político de la izquierda progresista más representativa del santismo y contraria en todo al actual partido de gobierno.

Los Galán Pachón detestan al ex presidente Uribe y su Partido por ser la antítesis del ideario liberal, pero son bastante afines y hasta apéndices del proceso de paz y de lo que fueron los penosos ocho años de desgobierno del nóbel de paz.

De lo anterior se deduce que, al ser un clan político arropado por el nombre de un gran estadista asesinado por la mafia, los colombianos no pueden esperar cosa distinta que la continuación del nepotismo en el poder con sello distintivo.

La implementación de la paz, el temor reverencial a Santos y sus aliados y el acorralamiento de la derecha son esos sellos distintivos.

Al tener partido propio, el clan, sus familiares y amigos les esperan grandes dignidades en los próximos gobiernos, contratos con el estado y capacidad de decisión para definir la burocracia y los gobernantes que la manejan. No es nada nuevo porque siempre ha sido así, solo que ahora será en mayor proporción.

La red familiar Galanista se impone desde ya sobre cualquier otra lógica para controlar la vida pública de algo que dicen ser nuevo, pero en realidad es más de lo mismo, las ansias de poder y la revancha contra sus adversarios.

Ciertamente, el nuevo liberalismo puede ser bautizado desde ya como el “nuevo roscograma” de la política colombiana, que si le va mal en su debut, indiscutiblemente, jugará con Petro. Ni de fundas tendrán siquiera algún tipo de acercamientos con el partido conservador, el Centro Democrático o el movimiento Cristiano. Es más probable que los viejos politiqueros resabiados del oficialismo liberal rompan con Gaviria y lleguen a sus toldas. Entonces, los grandes beneficiados con el resurgimiento de este partido son, sin duda alguna, la izquierda y la centro izquierda; nadie más cabe en la repartición del gran  pastel del poder.

Lamentablemente, conceptos como la reivindicación de la memoria está empañada gracias al sesgo ideológico de sus herederos en cuanto a la participación política y democrática colombiana, ya que ellos y solo ellos son los que quitan y ponen alfiles.

Adicional a esto, no está garantizada la transición democrática profunda ni el renacer liberal, bandera principal del desaparecido Galán, simplemente porque la lucha con el oficialismo liberal va a ser entre “fuego amigo”. Al ex presidente Gaviria todo le interesa, menos la democratización de su partido, lo que lo catapulta como el palo en la rueda. No sería raro el regreso de Simón Gaviria a la arena pública que oxigene a su desgastado padre.

En cuanto a la mecánica política, nada nuevo tienen que ofrecer pues un cupo en sus listas, una candidatura, un liderazgo, un potencial opositor o alguien que hable claro y diga las cosas como son en su partido, será objeto de análisis de los Galán Pachón quienes al final de cuentas serán los que definan la continuidad o no de aquel que se atreva a contradecirlos.

El resumen de todo esto es que este nuevo partido es más de lo mismo, paradójicamente, con lo que el asesinado padre nunca cohonestó: El caciquismo, el compadrazgo político, las componendas politiqueras, la voracidad burocrática, el nepotismo de la administración pública, de una misma familia. ¡siguen siendo liberales pero con distinta etiqueta!

La gente no es ingenua y sabe que “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”

Publicado en Columnistas Regionales
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