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Alfonso Monsalve Solórzano

El entorno de Petro está atravesado por denuncias de corrupción y tráfico de influencias, ya desde su campaña. Como los escándalos de su hijo Nicolás y su exesposa Daysuris Vásquez por presuntamente recibir dineros, muchos provenientes de donantes ligados al narcotráfico, de manera ilegal para la campaña y apropiarse de ellos.

O el de Armando Benedetti, y Laura Sarabia, del círculo íntimo de la campaña, cuando se dieron a conocer los audios de Semana en la que el primero reclamaba airadamente a la segunda  -que se había convertido en la mano derecha de Petro en su condición de secretaria privada del presidente- de no apoyarlo para ser ministro; del interior o de relaciones exteriores y Sarabia le dice que hay un asunto de adicción a la cocaína y  Benedetti le responde;  “… ah, no, tu jefe no hace un culo, si fuera por eso, qué hace el man ahí”, y agrega: “No es mamando gallo, no es amenaza, porque tú me conoces. Yo no me voy a dejar mamar gallo, Laura, te lo juro por la vida de mis hijos que no pasará nunca, nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga”.

O el episodio de la misma señora Sarabia, las maletas de dinero que le robaron a esta funcionaria y su manera de afrontarlo, acusando a su empleada doméstica y actuando presuntamente contra ella con felonía y violaciones de los derechos fundamentales, junto con el jefe de seguridad de la casa de Nariño, sometiéndola a retención y uso de polígrafo en la Casa de Nariño, así como a chuzadas de sus comunicaciones.

O los de su esposa de verónica Alcocer cuando puso una amiga inexperta a dirigir el ICBF y cuando, primero le dio nacionalidad colombiana mediante un procedimiento exprés y luego nombró a su amigueta española Eva Ferrer como consejera Presidencial para la Niñez y Adolescencia, que ocupó entre septiembre de 2022 y enero de 2023, y después, consejera para la Reconciliación.

O el de la licitación de pasaportes, en el que está involucrado su ministro Leyva.

O el uso indebido de recursos públicos para poner en marcha del período Viva, destinado a hacer propaganda infinita al gobierno.

Pero el mayor de todos a mi entender es el denunciado uso de la mermelada para que congresistas de la U, el partido conservador y el partido liberal, para aprobar sus nefastas reformas. Precisamente con mermelada en la cámara la reforma de la salud y habrá que estar ojo avizor el año entrante cuando esta haga trámite en el Senado y siga en el congreso las otras reformas.

Pues bien, los presuntos actos de corrupción por los que se acusa a Nicolás Petro y Daysuris Vásquez y se investiga a Sarabia y Benedetti, involucrarían directamente al presidente y serían delitos que violan ley sobre financiación de las campañas, que, de probarse judicialmente, implicarían la destitución del presidente, quien, además, incurriría, por haber presionado el cambio de opinión de su hijo, en otro delito. Y por supuesto, la entrega de mermelada a cambio de votos en el congreso también es penalmente punible, en caso de ser demostrada.

Los involucrados no han sido vencidos en juicio y gozan, por supuesto, la presunción de inocencia; pero ya es sospechoso que el común denominador de todos estos episodios es la absoluta impunidad con la que pretenden rodearlos, ya sea, ganándose a los implicados para que no señalen al gobierno, tal como ocurrió con Laura Sarabia, que resultó premiada con la dirección del Departamento de Prosperidad Social y el inmenso botín que maneja, o presionándolos como hizo con las visitas a su hijo detenido, después de las cuales cambió de opinión. Y, por supuesto, la oferta de mermelada estará más vigente que nunca el año entrante.

Para asegurarse la impunidad (entre otras cosas, pues también será la llave de entrada a la persecución judicial de sus contradictores), la estrategia principal de Petro, en mi opinión, es tomarse la fiscalía general de la Nación con un nombramiento que satisfaga sus pretensiones de impunidad total. No sólo presentó una terna de tres abogadas cercanas, sino que está torpedeando con furia la posibilidad de que la vice fiscal Mancera sea fiscal encargada en caso de que se demore la elección en propiedad de una de las candidatas de Petro.

La toma de la Fiscalía, reitero, es crucial para sus propósitos, por lo que debe ser un propósito nacional que esta no caiga en manos de Petro. Yo confío plenamente en el manejo que le dará a este nombramiento la Corte Suprema de Justicia, a la que hay que rodearla cuando los ataques de Petro ocurran, lo que sucederá inexorablemente si esa institución no se pliega a sus designios. Más, cuando es un hecho que ella también es un objetivo de toma por parte de Petro y es necesario luchar por que mantenga su independencia.

Por otro lado, la Fiscalía no es competente para investigar al presidente, sino que lo son el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, si aquel decide que hay un delito. Ya está en marcha la indagación preliminar contra el presidente por posible financiación de la campaña en la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Por esta vía, no obstante, es bastante difícil por la composición de esta corporación -y, en general, del congreso todo- de llegar a feliz puerto la iniciativa, estos presuntos delitos podrían terminar en manos de la Corte Suprema de Justicia, (e igual podría ser el uso de mermelada para ganar votos, otra línea de investigación que intentase en el congreso); por eso hay que apoyar irrestrictamente esta pesquisa. En cualquier caso, la presión de la opinión pública será determinante.

En el 2024 el país debe exigir una Fiscalía, una Corte Suprema de Justicia, una Corte Constitucional y un Consejo de Estado independientes del ejecutivo. Igual deben hacer los partidos de oposición. Y los ciudadanos debemos demandar de los partidos políticos independiente y de oposición una actitud patriótica en defensa de los intereses del pueblo colombiano que impida que fluya la mermelada y que no apruebe reformas nefastas, ni entregue las Cortes a Petro. Lo he dicho este año y no me cansaré de repetirlo.

Y sin demoras. En las calles, en el campo, en las iglesias, en los estadios y otros sitios de reunión colectiva por parte de los ciudadanos, las organizaciones sindicales, empresariales, estudiantiles, religiosas, etc. Dicha presión impedirá o, al menos dificultará los planes del gobierno para perpetuarse y transformar el país en un estado autoritario y sin propiedad privada, salud, educación y derechos y libertades. No más Petro, No más corrupción, No más reformas lesivas. No podemos ser inferiores a nuestra tarea. Menos aun cuando ya este año pudo caérsele la excusa de que la mayoría de los colombianos lo apoyaba e instauró en los escenarios masivos la consigna ¡Fuera Petro!

POST SCRIPRUM

La detención del senador Ciro Ramírez, del Centro Democrático, por presuntos delitos de corrupción es una muy mala noticia para ese partido y la oposición, como lo fue, en su momento, la imputación al excandidato presidencial, Oscar Iván Zuluaga y su hijo por presunta receptación de dineros de Odebrecht. Ojalá resulten ellos inocentes, pero si fueren culpables, hay que repudiar inequívocamente sus acciones y exigir el castigo que corresponda. Pero también es un llamado de atención a la forma como ese partido escoge a sus representantes en las dignidades públicas. Hay que ser muy exigentes, evitando al máximo que la enfermedad de la corrupción anide entre quienes la deberían combatir.

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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