Facebook

     SiteLock

Última hora
El turismo que no necesita Colombia - Miércoles, 01 Mayo 2024 04:44
Cuatro temas de actualidad - Miércoles, 01 Mayo 2024 04:44
Bifurcación - Miércoles, 01 Mayo 2024 04:44
Impuesto a Pensiones y Expropiación de Ahorro - Miércoles, 01 Mayo 2024 04:44

Juan David Escobar Valencia

Yo sigo empeñado, o engañado, en que es mejor seguir aprendiendo, haciéndose preguntas y pensando, así el horizonte de la sabiduría se aleja mientras más se aprende y se estudia.

Hace años, el médico que atendía a mi mamá por las terribles migrañas que continúa sufriendo, y que yo heredé, el eminente neurocirujano y profesor Sigifredo Betancur Mesa, le dijo algo que no sé si era cierto o una mentira piadosa para que se consolara: “Doña Gloria, no se sienta mal, a la gente bruta no le da dolor de cabeza”.

Cuando veo con envidia cómo duerme mi gata plácidamente por horas, sin saber que el país está en manos de una alianza de narcoterroristas y cleptomarxistas, que el clima planetario tiene problemas siquiátricos y tal vez su locura nos hará sufrir como no nos imaginamos, o que todavía no puede descartarse una crisis económica el otro año si sigue siendo el mejor predictor de ellas la inversión de la curva de rendimientos de los bonos del tesoro de EE.UU., cuando los de corto plazo superan a los de largo plazo; yo me pregunto si ¿será mejor no pensar nada y librarse de las pretensiones del mundo académico de saber todos los días más y mejor? ¿Será por eso que dicen que: “ojos que no ven, corazón que no siente?

A diferencia del filósofo Leibniz, que quería saber todo y de todo, el impasible filósofo griego Pirrón de Elis defendía el “paradójico saber ser felices por no saber”, dada nuestra incapacidad de comprender absolutamente la realidad, y menos atrapar su esencia. Cuentan que Pirrón se encontraba en un barco en medio de una aterradora tormenta que hizo entrar en pánico a casi toda la tripulación. Él, aparentemente sereno, les señaló un cerdo que seguía comiendo inmutable en medio del zangoloteo cuya causa ignoraba por completo, y dijo que: “el sabio debe erguirse con imperturbabilidad semejante”.

Al igual que Leibniz, que nunca quiso que se notara su calvicie, y por eso sus esculturales pelucas, supongo que Pirrón después de la tormenta se iría al escondido a vomitar y gritar por el susto que debió haber tenido pero no quiso evidenciar delante los demás. ¿Pero acaso resultó más sabio el inconmovible cerdo por no saber ni pensar, que los bípedos que temblaban más que el barco? ¿Será mejor no saber ni pensar para no sufrir?

Pareciera que sí, porque como dijo Sigifredo, a los brutos no les da dolor de cabeza. Pero ya es tarde para mí. Yo sigo empeñado, o engañado, en que es mejor seguir aprendiendo, haciéndose preguntas y pensando, así el horizonte de la sabiduría se aleja mientras más se aprende y se estudia.

Pero Sigifredo nunca insinuó que era mejor ser bruto. Por el contrario les dijo a sus estudiantes: “A propósito, muchachos, ¿no les parece maravilloso pensar? Es un acto sublime, yo me quedo ensimismado muchas veces, medito y analizo por qué pensamos. ¿Interesante, no? Piensen y verán, es sublime. Es más, creo que es el momento de que piensen, después no tendrán oportunidad, aprovechen para pensar, ojalá se pudieran quedar en esas, pensando no más.”

https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 11 de septiembre de 2023.

Publicado en Columnistas Nacionales

Compartir

Opinión

Nuestras Redes