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Héctor Hoyos Vélez 

Es candidez extremadamente perjudicial para los ciudadanos colombianos y los dones de nuestra democracia y nuestra libertad, creer que los intereses por elegir al actual Presidente de Colombia fueron normales como si fuera cualquier país democrático, y más aún, creer que la caída del valor de los activos como consecuencia del ejercicio del poder de este individuo, obedecen a una política social para beneficio de los pobres.

Así como en la bolsa de valores hay quienes le apuestan a la caída de una acción, los grandes magnates del mundo, aquellos dueños de los bancos, de la Reserva Federal, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, que no son como se cree, los Estados, también especulan. A través de sus organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación conducen los mercados internacionales de acuerdo con sus intereses y la magnitud de las cifras de dinero que poseen son suficientes para especular con la economía mundial y la de los países que se pongan en la mira.

Colombia es un país inmensamente rico en recursos naturales, y apostarle a un gobierno con objetivos claros de quebrar nuestra economía es un gran negocio para comprar activos baratos, no importa quién gobierne si es de izquierda o de derecha.

Ese es el temor de la ciudadanía de Medellín con un alcalde que siempre le ha apostado con la asesoría del Señor César Gaviria, poderoso representante de las élites mundiales en esta parroquia, a la baja del valor de las Empresas Públicas de Medellín, haciendo todo lo posible para dilatar la puesta en operación e incluso buscando el fracaso de  Hidroituango, y que después habiendo hecho la tarea de debilitar los negocios de EPM, la empresa comience a vender sus activos a precios de ocasión. El Concejo de Medellín paró la venta de UNE.

A los ojos de los ciudadanos del común, no es perceptible la maldad de la especulación que afecta a todos, y ni siquiera se imaginan que sea posible, sin embargo, las posibilidades son reales, o ¿acaso a quien le apuesta a la baja de una acción para comprar barato y después vender caro, le importan los sufrimientos de aquellos que pierden sus fortunas vendiendo por el pánico causado?

Pues aquí subieron a un guerrillero populista que podía ser cualquiera, pero el único capaz de arruinar a Colombia con la perversidad demostrada de su trayectoria criminal, manipulando los medios de comunicación y pagando ONGs dedicadas a imponerlo. La inversión cuantiosa que hicieron resulta ínfima para quedarse con los activos mineros, energéticos y en tierras y muchos más activos en nuestro país. ¿Venderán a Ecopetrol?

De ese tamaño pues es la hazaña que los ciudadanos colombianos tenemos que emprender para rescatar a Colombia.

Comencemos por lo menos, por desconfiar en este individuo que se muestra como mesías, e identificar sus falsas promesas populistas. Terminar con la economía de hidrocarburos en favor de las nuevas tecnologías de generación de energía que favorecen a los países ricos dueños de dichas tecnologías, no es una prioridad para un país con el grado de pobreza que sufre. “Según las cifras más recientes del DANE, entre 2018 y 2022 ha habido un fuerte incremento de la pobreza monetaria en Colombia. A diciembre de 2021 se registró que 19.621.000 personas (39,3 % de la población) vivían con menos de 11.801 pesos al día, y 6.111.000 personas (12,2 %) con menos de 5.730 pesos” Fuente: Periódico Universidad Nacional de Colombia. ¡ESTO ES ESCANDALOSO!. Por consiguiente producir energéticos baratos para atender las necesidades de la población con cuyos excedentes exportables es posible subsidiar sus precios, es una necesidad humanitaria y lo contrario, un crimen. ¡Es un crimen la política energética de este gobierno y la política de precios de la gasolina!

También es criminal la política de destruir la salud para estatizarla; cuando se quiebre el sistema de salud estatal como el viejo ISS, lo que será absolutamente seguro, unos créditos internacionales de las elites serán otra solución para que continuemos esclavos del sistema capitalista especulativo; y ni se diga de los fondos de pensiones. Es como si prohibieran que nuestra Colombia siga por la senda del desarrollo.

El control de la criminalidad con amistosas políticas con el crimen organizado es una política perversa que solo garantiza el reciclaje de los capos como sucedió con el tal proceso de paz; así como perversa es la política sobre cultivos ilícitos, que difiere la lucha contra el narcotráfico mientras intentan convencer al mundo de un cambio de la persecución a la legalización para hacer el gran negocio. Igualmente controlan a la población con la división y enfrentamiento de la sociedad por  razas, creencias religiosas, sexo, regiones, etc que impide que haya una unidad cultural de la sociedad que enfrente al poder gubernamental y valorice el país; y controlan la oposición política con la corrupción centralista que hizo posible que los políticos conservadores y liberales elegidos por el pueblo para defender sus principios de libertad y democracia, se unan en la misión de destruir a Colombia participando de los beneficios del poder y las lisonjas que les dan.

La consigna es ¡empobrecer y decrecer! Y solo los vendidos a las élites especuladoras van a vivir sabroso.

Aunque los colombianos enfrentamos esta poderosa agenda de sometimiento con el nuevo gobierno, es notoria la soledad del ex insurgente, solo con los bandidos pero con todo el pueblo pobre engañado en su contra, y surgen decididas voluntades para superarla. No tardará el pueblo en saber a pesar de la narrativa populista, que la causa de la pobreza no son los ricos que invierten con riesgo y generan empleo y más riqueza, sino la corrupción centralista que los mantiene abandonados y en la miseria. En Antioquia y en Medellín hay un ambiente de unidad para rescatar la alcaldía de Medellín y defender la integridad territorial de Antioquia, así como un propósito de condenar la corrupción centralista, establecer un país de Territorios Autónomos contra el centralismo, y finalmente recuperar las Instituciones, la Presidencia y el Congreso para los Pueblos Libres de Colombia.

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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