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Hernán González R. 

La inefable Corte Constitucional prohibió el pasado 19 de enero la aspersión aérea de los cultivos de coca con el herbicida glifosato, al fallar cuatro tutelas presentadas por organizaciones campesinas, indígenas y afros, por incumplimiento del Gobierno de las reglas que la misma Corte estableció en 2017 para poder volver a asperjar, a saber: violación a “los derechos fundamentales, a la participación, a la consulta previa y al acceso a la información de los demandantes”.

“La consulta previa es el derecho fundamental de los grupos étnicos para poder decidir sobre medidas administrativas, legislativas, proyectos, obras o actividades que se vayan a realizar dentro de su territorio para proteger su integridad cultural, social y económica y para garantizar su derecho a la participación”.

Cultivar coca está totalmente prohibido por la ley. No entiendo cómo pudieron considerar los dos desacertados magistrados como un derecho fundamental celebrar consultas previas con unos ´cocaleros violadores de la ley´. ¿Cuál integridad les protegieron? A los campesinos les pagan poco los narcotraficantes por sus hojas. ¿Acaso no protege el fallo a los narcos?  Entiendo, además, que las consultas previas sí se han realizado, solo que han sido consultas virtuales en tiempos de Covid-19.

No soy abogado, pero como ciudadano del común, me ha llamado la atención que tan solo dos de tres magistrados de la nociva Corte hayan fallado sin tener en cuenta ni al Legislativo y al Ejecutivo, ni a 50 millones de colombianos. Coincido con quienes estiman que decisiones de esa trascendencia deberían tomarse con el voto de todos los magistrados, en Sala Plena.  

El narcotráfico es el origen de los mayores males y atrasos de Colombia: Violencia en el campo y en las ciudades, desplazamientos, contrabando, dólar barato para importar barato e imposibilitar con este las labores agropecuarias, para desindustrializar el país, para elevar el desempleo y la miseria… Asperjar con glifosato es una valiosa herramienta del Gobierno para combatir los plantíos ilícitos.

De acuerdo con las Constitución, el encargado de la seguridad del país es el Presidente, no esos dos magistrados que pasarán a la Historia como grandes usurpadores de los derechos del Ejecutivo y obstaculizadores del progreso de los colombianos.

Sospecho que muy pocos colombianos justifican la ineficaz y lenta erradicación manual de los cultivos de coca ejecutada por los soldados. Decenas de ellos resultan asesinados y mutilados por las minas antipersona. Entiendo que no trascurre mucho tiempo para volver a replantar la coca erradicada en forma manual. Con el glifosato no es tan rápido y las matas no son tan fértiles.

Quien esto escribe asperjó con glifosato un pequeño cultivo de naranjas durante 23 años y no recuerdo efectos nocivos entre mis colaboradores o entre los de mis vecinos también cultivadores.

Publicado en Columnistas Nacionales

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