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Hernán González R. 

En diciembre de 2016 publiqué un artículo del cual tomo algunas de las ideas a continuación, ahora que se está censurando al estado de Texas en Estados Unidos por la aprobación de una ley que prohíbe los abortos desde cuando se pueda detectar actividad cardíaca en el embrión, o sea, después de unas seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres aún no saben sin están embarazadas.  

Entiendo que la palabra moral viene del latín ´moralitas´ que significa comportamiento adecuado. Inmoral es lo opuesto. Los actos morales deben ser analizados desde tres puntos de vista. 1. Sus objetivos o propósitos. 2. Sus intenciones. 3. Sus circunstancias. Tanto los objetivos como las intenciones son temas que generan problemas superables al enjuiciar los actos humamos. Pero las circunstancias pueden tornar actos considerados como inmorales, no solo en actos morales, sino y, además, como imperativos morales.

Asesinato. Asesinar a otro ser humano es inmoral. Pero asuma que se encuentra usted, apreciado lector, en un colegio y que de repente emerge un loco disparando contra unos niños inocentes y usted con su arma asesina al intruso. Usted no puede ser acusado de asesinato. Circunstancias externas modificaron la ley general y la convirtieron en una acción imperativa. El objeto o finalidad, salvar a los niños, justificó o validó el único medio disponible y seguro, eliminar a un delincuente.

La despenalización parcial del aborto rige en Colombia desde 2006, por tres ´circunstancias sensatas´, antes de las 12 semanas.  Circunstancias estas que cambian en forma razonable la moralidad de este acto. Sobre el tema ya legisló en forma acertada nuestra Corte Constitucional:

  1. “Cuando la continuación del embarazo entrañe un peligro para la vida o la salud de la madre, certificadas por un médico”. Entiendo que la religión judía considera esta circunstancia como una obligación, como un imperativo para abortar. La vida o la salud de una madre con varios hijos pequeños prima en este caso.
  2. “Cuando exista una grave malformación del feto que torne inviable la vida normal del niño, certificada por un médico”. En un artículo publicado el 6 de mayo de 2021 por el Pew Research Center, titulado: Public Opinion on Abortion, se afirma que el 63% de los Protestantes considera que el aborto es legal en casi todos los casos; el 55% de los Católicos piensa lo mismo y el 82% de quienes no practican ninguna religión, también lo considera legal en casi todos los casos. Pero el 77% de los Evangélicos lo considera ilegal en casi todos los casos. Un niño anormal puede obligar a una madre joven a abandonar de tiempo completo sus estudios o su empleo para cuidar a su hijo, dando como consecuencia que tanto ella como su niño sobrevivan en la miseria absoluta.
  3. “Cuando el embarazo sea el resultado de una conducta previamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, acto abusivo de inseminación artificial, o transferencia no consentida de un óvulo fecundado o de incesto”. La violación conlleva efectos sicológicos graves para la mujer. Incomprensible me resulta obligar a una dama violada a parir un hijo problemático, heredero de las taras de un drogadicto.

Sostienen los grupos provida que la vida es sagrada y que solamente puede quitarla Dios. Recordemos a estos amigos que el mismo Dios que nos creó en un universo con una evolución violenta, nos dotó de una inteligencia para escoger entre dos males el menor. Dicha evolución es el mecanismo universal asociado con la violencia que afecta:  a todos los seres vivos, al cosmos desde los cromosomas hasta las galaxias cuando se apoderan o se integran las grandes con las pequeñas, a las instituciones, a las creencias, a los dogmas…

Quienes aceptamos el aborto inducido, solo por los tres casos antes comentados, respetamos las decisiones individuales de las mujeres, al tiempo que consideramos que no tienen derecho a impedirlo ni las religiones, ni los gobiernos. Estimo que no existen ni leyes, ni mandamientos absolutos, esto es, que rijan por igual sobre todas las personas y en todas las circunstancias extremas.

En Colombia se oye mencionar que nuestros abortos se avecinan a los 400.000 por año. Tan elevado número invalida la posibilidad de que asuman la crianza de los niños alguna familia que los adopte, o una institución civil, religiosa o gubernamental. La adopción de tantos miles no pasa de ser una utopía.

Publicado en Columnistas Nacionales

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