Ignacio Arizmendi Posada
Ignacio Arizmendi P.
Por su admiración al personaje de “Cien años de soledad”, Gustavo Petro adoptó el alias de “Aureliano” cuando ingresó al M-19, la guerrilla que protagonizó numerosos actos criminales. Si bien Petro dejó de pertenecer a la organización, por ratos parece que no se ha desprendido de la ideología con la cual y por la cual hizo parte de ese movimiento dispuesto a conquistar el poder, basado en la dialéctica de las armas, no en las armas de la dialéctica.
Ignacio Arizmendi P.
¿Cómo podrían ser algunos apartes de las memorias que, en el futuro, escriba el actual alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, con un título como Mis alcaldadas? Serían impresas en La Habana a principios del año 2042, cuando Miguel Díaz-Canel llevará más de veinte años de dictador de dicho país (no se rían). Pues bien, en esas supuestas memorias será perfectamente factible hallar párrafos como los siguientes:
Ignacio Arizmendi P.
El año pasado (2020), el joven cubano Luis Robles salió por su ciudad con una pancarta que decía “Libertad”, ¡y perdió la suya! Más tardó en salir que la policía castrista en llegar y echarle mano. Un reflejo, uno solo, de la Cuba de hoy, con 11.2 millones de habitantes, oprimidos por un Estado diseñado y mantenido según los cánones marxistas-leninistas de los hermanos Fidel y Raul Castro tras el triunfo de su revolución el 1 de enero de 1959, que, luego de más de 60 años, no ha terminado, ni terminará jamás, de construir el paraíso proletario.