Humberto Montero
Humberto Montero
Les confieso que lo que me pedía el cuerpo al comenzar a escribir esta columna era refutar al mismísimo Papa. Como uno es —sin aspavientos— católico, apostólico y romano, tiene bula hasta para criticar al Sumo Pontífice por seguirle el cuento a López Obrador con el rollo ese de pedir disculpas por los supuestos abusos cometidos durante la Conquista.
Humberto Montero
El colapso del gigante inmobiliario chino Evergrande, con una deuda ciclópea de 250 mil millones de euros y cuyos problemas de liquidez han arrastrado a las bolsas de todo el mundo, no es un caso aislado. La situación afecta a todos los sectores de la tutelada economía china. Incluido el tecnológico. En este apartado destaca el caso de Huawei, llamada a disputar el liderazgo global a Samsung y Apple y hoy atrapada en una espiral frenética a la baja que parece no tener final.
Humberto Montero
Hay clubes a los que hay que pertenecer si se quiere llegar a algo en vida. Ser socio del Casino de Saint Tropez, del Club Bilderberg —que reúne periódicamente a algo más de un centenar de las más influyentes personalidades del mundo— o del neoyorquino The Core está al alcance de muy pocos. Incluso, si me apuran, merece la pena pagar una fortuna por la membresía en el Real Madrid, que se traspasa padres a hijos como un título nobiliario. Se me notan los colores, lo sé. Pertenecer a la Unión Europea, surgida de un club de magnates del carbón y el acero, te facilita mucho la vida, aunque haya algunos para quienes —como los británicos— no sea suficientemente exclusivo desde que entraron polacos, rumanos y búlgaros.