Definitivamente tenemos percepciones diferentes y donde tú ves a un líder que está rompiendo en dos la historia de Colombia, y que combate el narcotráfico, y que promueve la justicia social, yo veo a un gobernante borracho de sí mismo que ha cometido una y otra vez los errores que antes denunciaba en los demás: un hombre con serios cuestionamientos éticos en su entorno cuyo hijo recibió plata del hombre Marlboro y el Turco Ilsaca mientras su papá, muy responsable, negaba que lo hubiera criado; un presidente que subió al poder con la ayuda definitiva de Armandito Benedetti, de cuyo silencio es rehén; un hombre cuya esposa contrata dentro de su séquito a un masajista personal; que se escandalizaba con razón de que Duque nombrara embajadores tan cuestionados como Sanclemente, pero no tiene ningún empacho en nombrar él mismo a León Freddy Muñoz en una embajada; un presidente cuyo gobierno ha protagonizado escándalos como el de Marelbys Meza que contradicen su discurso sobre la reivindicación de los trabajadores y que, preso de su ideología, quiere modernizar al país con fórmulas que fracasaron en el pasado, como el Seguro Social.
Pero, sobre todo, un presidente divisorio, que cree que quien no está con él es oligarca, nazi o mafioso, y parece nutrirse de la rabia que cultiva en todo el mundo.
Todos queremos la paz total, mejoras en el sistema de salud, transición energética, pero comprendiendo que son logros que se consiguen con método y rigor y con la capacidad de construir sobre lo construido, no con gritos y arengas: mucho me temo que Petro conducirá al país a esa derecha que describes, en un péndulo fatal, impulsado por su mal gobierno, mientras frustra por años la alternativa de un gobierno progresista.
Estamos de acuerdo en que disfrutamos que se salga del discurso acartonado y formal, para el caso pidiendo que no le hagan estatuas para no ser "maomificado" como Mao, o preguntando si hemos llevado tejido humano a Marte, no porque me parezca desafiante, sino porque de eso vivo y el presidente es muy generoso para ofrecer contenido a los humoristas.
Por lo demás, nunca le he comido cuento a los líderes de nuestro platanal; mucho menos lo haré con Petro. Defiendo causas, pero no defiendo políticos. Los políticos pasan y las causas quedan. Lo importante es mantener una saludable distancia de duda y escepticismo que nos permita tomarles del pelo en lugar de entregarnos a sus brazos con los ojos cerrados. Te mando un abrazo inmenso, con mi cariño y admiración de siempre.
(Cita de Margarita Rosa, @Margaritarosadf, de septiembre 16: “Mi querido @DanielSamperO, qué curioso esto de que los lodazales políticos nos tengan tan distanciados en nuestro modo de pensar. Vos te debés preguntar, “pero, ¿a esta mujer qué le pasó?” (Nunca me olvido de que me diste la primera oportunidad de escribir en un medio público x.com/danielsampero/…”)
* Publicado en su cuenta de X (@DanielSamperO) en septiembre 16 de 2024.