No tiene nada de malo ser un borracho. La historia está llena de ebrios divinos. Wiston Churchill, el hombre que derrotó a Hitler se empacaba un litro de ginebra al día –decía era la clave de su elocuencia- se ganó un Premio Nobel y vivió hasta los 89 años. El secreto de su salud, afirmó, fue que nunca hizo deporte. Isabel Bowles-Lyon, mejor conocida como la reina Isabel, se empacaba una botella de ginebra revuelta con una de Dubonnet en el almuerzo. Murió en el 2007 a los 101 años y fue el paraguas en el que se cobijaba Isabel II cada vez que quería consejo. Boris Yeltsin, el ruso que enterró a la Unión Soviética, bebía como un verdadero cosaco. Siempre tomó las mejores decisiones estando borracho. La lista es larga. El trago no es un problema, el problema es la gente que no es funcional si se toma dos cervezas en el almuerzo. Este servidor, por ejemplo, debe resistirse al vino al mediodía porque si después de dos copas paro, o me dan ganas de pasarme al whisky o simplemente me quedo dormido. Este podría ser el patético caso de Gustavo Petro.
En la última noche de noviembre nuestro presidente volvió a ser protagonista de un bochorno. En plena casa de Nariño Juan Carlos Cortés se posesionaba como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Además, Marjorie Zuñiga sería la nueva magistrada de la sala laboral de la Corte. En fin, todos esos togados lo esperaban para que a las seis de la tarde los ungiera el presidente. De más está decir que no llegó. Al pobre ministro de Justicia le tocó salir a comer con los 70 invitados que tenía el banquete. Muchos, insultados, se retiraron. Es más, están estudiando represalias por la humillación presidencial. Una de ellas es no asistir a los actos protocolarios que se programen en la Casa de Nariño e incluso no se posesionarán delante de Petro sino que buscarán a un simple notario para hacerlo. Este es un nuevo capítulo en la ya abultada lista de incumplimientos desde que Petro fue elegido como Presidente.
Las excusas ante estos fallos en el protocolo abundan. El día que le quedó mal a los alcaldes en la reunión de Asocapitales dijeron que es que el cáncer en el esófago había reaparecido. Lo mismo cuando no llegó a la Ceremonia de reconocimiento de tropas, el 17 de agosto de este año, lo excusaron alegando un problema estomacal. Hay guayabos tan duros…
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Petro le ha quedado mal a todo el mundo y, hay que reconocerlo, le ha faltado rigor a la hora de posesionar funcionarios
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Petro le ha quedado mal a todo el mundo y, hay que reconocerlo, le ha faltado rigor a la hora de posesionar funcionarios. Que una mamerta chavista, anacrónica y sectaria, sea la Ministra del Trabajo, pone los pelos de punta. Ni hablar de la pachamamerta Irene Vélez, con sus performance ridículos, sea la ministra de Minas, alarma tanto como que el hablantinoso del Danilo Rueda, con el discurso leninista a flor de piel, tenga la responsabilidad de Paz Total, nos lleva a preguntar ¿dónde está el piloto de esta chalupa? ¿andará borracho?
No hay que estar muy cerca de la puerta del despacho presidencial para escuchar lo que se dice en los pasillos de Palacio. Pero hay rumores que no se pueden afirmar pero que se escuchan tan duro que uno podría creerlos: dicen que Verónica Alcocer, cansada de que saquen a rastras a su esposo en las rumbas con Benedetti en plena campaña presidencial, le prohibió la junta con el exsenador y lo sacó del país. Venezuela es un lugar perfecto para un tipo con la altura moral de Armandito. Dicen que Peñalosa tiene unos videos comprometedores, de fiestas de rock duro, rodeado de una fauna excéntrica, dicen que Nehru, dicen que el whisky, hablan de paraísos artificiales. Cuando el río suena…
Y mientras tanto Petro no hace nada para sacudirse de chismosos como yo. A este gobierno de humanistas le hacen falta los técnicos del uribismo. Petro debe dejar de ser el cliché del clásico machito de izquierdas, el que quiere salvar al mundo de los gases letales del consumismo, para empezar a manejar este maldito país. Petro debe romper con el cliché y saber que los poetas malditos y borrachos no nos sacarán del fango. Yo me siento responsable, es la primera vez que voto por un man que gana las presidenciales en Colombia y se nota que no sabe qué hacer con el cuero. ¿Será que después de haber matado al tigre se puso a celebrar con guarapo y Benedettis?
No hay que estar muy cerca de la puerta del despacho presidencial para escuchar lo que se dice en los pasillos de Palacio
https://www.las2orillas.co/, Bogotá, 1° de diciembre de 2022.