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Eduardo Gutiérrez A.  

Tenía un concepto de Char bastante positivo emanado de su buena conducta como alcalde de Barranquilla y olvidándoseme que pertenecía a CAMBIO RADICAL,  el cizañero partido del traidor Vargas lleras, lo consideraba, pues,  uno de los elegibles. Me había convertido en su fan, creo que era el único cachaco al que Char le caía bien porque, en el interior del país, se tiene la muy errada creencia de que los costeños son perezosos, tramposos y libertinos. Nada más falso, viví en Cartagena y en la Guajira  durante varios años y viajo con frecuencia a Barranquilla, bellísima ciudad de turismo superior, habiendo aprendido a respetar y a amar a sus buenas y laboriosas gentes.

Pero de pronto, el “buen” Char, se invalidó a sí mismo al rechazar en  la lógica y conveniente unión de los mejores del país para enfrentar en una colaboración venturosa la amenaza del comunismo que Venezuela, Cuba, Rusia y China nos quieren clavar, con el desparpajo  que hubiera sido simpático si no tuviera visos de tragedia, al doctor Oscar Iván Zuluaga Escobar, de la junta de los expertos siendo, el de más brillante hoja de vida y poseedor del mayor potencial de votos para llegar a la presidencia.

Convenía era, Char, que se reunieran los patricios del grupo, miraran sus hojas de vida, sus posibilidades y con tranquilidad y objetividad escogieran al que consideraran el mejor de ellos y a ese apoyar con todo. Si el doctor Zuluaga no hubiera sido el señalado por sus pares, él, en caballeroso gesto, hubiera aceptado la situación y ayudado al señalado, ahora, un abismo se abre en los caminos de la necesidad.

Arrancar con desplantes de egoísmo a  tratar de quemar a uno de los ungidos, sin ni siquiera iniciar un proceso de selección  es, por decir lo menos, dar  una patada en el afligido rostro de la patria y una descarada e innecesaria estupidez.

¡Manacha!

https://laoptimaliberal.com/, Bogotá, 15 de enero de 2022.

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