El hombre es esclavo de lo que calla. Saber demasiado es sumamente peligroso para quien está vinculado con el mundo del hampa. Un sigiloso agente de fuerzas oscuras que reivindica el valor de la estafa: como dispositivo para afianzar en el poder a quienes se deleitan en la vileza.
En el triángulo de las actividades delictivas del empresario Álex Saab, su lengua pende de un hilo; un paso en falso y su destino puede terminar en la borbónica paz de los sepulcros. El inescrupuloso timador internacional es la llave maestra para descubrir los más íntimos secretos del Gobierno venezolano y la conexión con los jugosos negocios que mantienen con el terrorismo y el narcotráfico internacional, ese universo subrepticio que en paralelo disfraza el crimen con ropajes de legalidad. Quien está detenido en Cabo Verde es la certeza de lo que hablan las especulaciones.
Sus inicios fueron los de un clásico embaucador, encargado de estafar a mucha gente que de buena fe confiaba en sus servicios. Hace aproximadamente una década era común observarlo en restaurantes populares del centro de Barranquilla, siempre acompañado de un maletín negro atiborrado de trampas, ya que en aquella época sus negocios andaban mal. En algunos sectores costeños se hablaba de su destreza para chantajear. Habilidoso con la palabra exacta para envolver a sus contertulios, fue abriéndose caminos hasta que a través de la conexión con grupos irregulares se topó con el gobierno de Nicolás Maduro. Su confesión puede liquidar automáticamente al régimen que desgobierna a Venezuela.
¿Qué pasaría si este hombre dice lo que sabe? Dependerá exclusivamente de donde lo diga. En una cárcel norteamericana tendría pleno resguardo de sus derechos, su problema estriba en el riesgo que corre antes de llegar allá. Sin bien lo mantienen con sumo cuidado, el crimen tiene sus métodos para liquidar a quienes pueden ponerlo en peligro. Son múltiples las actividades al margen de la ley de este sórdido personaje. De hablar, puede hacer que los más conspicuos dirigentes del chavismo terminen sus días en un reclusorio. Esa posibilidad está latente mientras viva Álex Saab. Por ello han tratado infructuosamente de lograr su liberación, es una pieza fundamental para mantenerse en el poder.
Este rollizo costeño de sangre libanesa y pasaporte venezolano es una bomba de tiempo con el gatillo en su lengua. Son múltiples los casos que resuelve la inteligencia criminal para librarse de un confidente que sabe mucho.
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Twitter: @alecambero
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 24 de septiembre de 2021.