Es una acción oportuna y pertinente del alcalde Jorge Eduardo Rojas, y una luz de esperanza para la ciudad y para los artistas regionales recurrentemente atropellados por las administraciones que, abusando de sus necesidades, los contratan en condiciones miserables y, más miserable aún, les quedan debiendo el pago por su trabajo.
La creación de esta nueva empresa significa un saneamiento del patrimonio cultural, artístico y de infraestructura de Manizales, pues se cancelarán los pasivos existentes y se establecerá una nueva relación con proveedores de bienes y servicios, evitando esas registradoras perversas que originaron tanto desgreño administrativo, y tantos actos de corrupción a los que finalmente se les corría un velo de impunidad.
El propósito manifiesto de atender los escenarios con vocación turística (Expoferias, Teatro Los Fundadores, Torre al Cielo, Monumento a los Colonizadores, Parques Temáticos, etc.) y repotenciarlos para un verdadero desarrollo turístico de la ciudad, nos hace pensar en esa Manizales apetecida por viajeros de todas las latitudes, y nos recompone ese orgullo de manizaleños que nos generaba el sentido de pertenencia que, a su vez, hacía de la ciudad un paraíso para vivir o visitar.
Y nos hace pensar, además, que es el primer paso para volver realidad la promesa de campaña del alcalde Rojas de programar eventos artísticos, culturales y deportivos las 52 semanas del año, e incentivar no solo a los artistas locales, nacionales e internacionales para que se presenten en la ciudad, sino a los manizaleños para que nos volvamos promotores de lo nuestro, con la seguridad de que quien sea invitado a Manizales no saldrá defraudado por falta de actividades.
Estos son los pasos que la ciudad reclama a gritos, señor Alcalde. Hay que acabar de raíz este cáncer inoculado por cuatro años de improductividad, corrupción, desgreño y desfachatez. Hay que tomar decisiones radicales como única forma de desterrar a quienes se encuentran entronizados en las instituciones, como herencia maldita de una mafia que asoló la ciudad a su paso. Manizales necesita retornar por el sendero del decoro y las buenas costumbres y, para ello, debemos adoptar las más drásticas medidas, así nos toque empezar de ceros. Porque es más fácil empezar de ceros que tratar de recuperarnos de los males teniendo que convivir con ellos.
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Por increíble que parezca, la senadora María José Pizarro, en una perorata pronunciada en la plenaria del senado del pasado lunes dijo, en defensa de la absurda propuesta de Petro de una constituyente, que cuando se habla del tema ¨no es para cambiar la constitución del 91, no es para la reelección, tampoco para la extensión del período presidencial…”, sino que lo que se busca es que ¨se cumpla lo pactado en el 91¨. Es decir, según esta señora, hay que convocar una Asamblea Nacional Constituyente (a la manera inconstitucional que quiere imponer Petro) para que se cumplan los mandatos de la constitución que nos rige.
¡Habrase visto! ¿Todo un movimiento social, político, económico y de masas desinformadas y peligrosamente agrupadas bajo la égida de la anarquía, supuestamente encaminado a que se cumpla la constitución y la ley, cuando es el propio gobierno, ¡su gobierno!, el que tiene como principal obligación hacer que estas se cumplan? ¡No jodás, senadora! Esas estupideces pueden ser aceptadas por esas masas descritas, porque ya han feriado su voluntad y criterio. ¡Pero no piense que las mayorías colombianas le creerán tantas incoherencias! Eso es un irrespeto a la inteligencia.