Hoy, en medio del gobierno más descarado, cínico y pestilente de la historia de Colombia, el mismo Osorio posa de ser el hombre más influyente del país. ¡Y no sería raro! Dentro de esta caterva, mientras más graves sean las atrocidades y los desafueros, más espacio ganan y más poder acumulan. La dignidad no existe entre bribones.
O sea que Osorio, sin ninguna vergüenza, y capitalizando el caos, pasó a ser el mayor aliado del incendiario, del que hace política con ese caos y del que hace marketing con la muerte. ¡Qué belleza! ¿Y es entonces el político en quien debemos confiar para sacar adelante los grandes proyectos de Caldas, como Aerocafé, a quien el gerente designado le da las características de mesías?
¿Tendremos futuro, si es cierto que dependemos exclusivamente de Osorio para que las cosas funcionen en Caldas? ¡No! ¡Dios Mío! No se nos puede olvidar que Osorio es corresponsable del desastre que hoy vive Manizales; que Osorio se sirvió de la administración municipal, su burocracia, su contratación y su poder económico para llegar al congreso; que Osorio es Representante a la Cámara gracias a las patrañas de su primo como alcalde de Manizales; que Osorio se ufana de su Bodeguita Verde famosa por su constreñimiento, penetración calumniosa, injuriosa y delictiva en las redes sociales y los medios de comunicación.
Y Osorio ya no pone la cara. Al contrario, se sacude de Carlos Mario Marín, y evade su responsabilidad en el desastre que afronta la administración Rojas. ¿Qué tal este trino? “…Y tienen el atrevimiento de decir que yo estoy en contra de Aerocafé porque un exalcalde en algún momento dijo que ese proyecto era de élites, asunto que no me representa.” (Lo extraigo de La Patria, porque ese sujeto me tiene cobardemente bloqueado en sus redes).
¿Habrá que recordarle que ese exalcalde es nada menos que su primo, socio, adlátere, compañero, amigo, aliado y copartícipe de sus actividades políticas y delictivas en Manizales y Caldas?
Lo increíble es la pasividad de los demás congresistas y su silencio ante las ansias de protagonismo de su colega-rival. ¿Dónde están Juana Carolina Londoño, Juan Sebastián Gómez, Octavio Cardona, Erwin Arias, Guido Echeverri y Mauricio Lizcano? ¿Van a dejar entonces que el futuro de Caldas repose en las manos exclusivas de un ser irresponsable, corrupto, degradante y perverso como Santiago Osorio, en lugar de hacer un frente común para defender y luchar por los proyectos del departamento, cuidándose de la veleta que más temprano que tarde terminará bombardeando lo que hoy defiende? Nuestro futuro no puede quedar en manos de alguien a quien solo le sirven los proyectos sí, y solo sí, los puede dominar, manejar, direccionar y lucrarse de ellos.
Estemos seguros de que, así como Osorio hoy abandona a su primo ante la ausencia de poder, lo hará con quien tenga que hacerlo sin reato alguno; sin consideración de lealtad o fidelidad; sin observancia de ética, moral o humanidad. Y entonces seremos los caldenses quienes tengamos que cargar con las consecuencias de su mezquindad. Confiar nuestro futuro exclusivamente en quien demuestra en cada acción su ruindad, es dar un salto al vacío y entregarlo todo a cambio de una segura perdición.
¡Nuestros congresistas y líderes tienen la palabra! Necesitamos acción conjunta y trabajo colectivo en pos del futuro caldense. Ellos no pueden dejar la responsabilidad política en manos, precisamente, del congresista más irresponsable y perverso de la región. Caldas no puede quedar, de la noche a la mañana, en manos de alguien con ínfulas de capo mientras sus colegas lo acolitan con su silencio.