Wilder Navarro no dio la talla y prefirió retirarse para no pasar por la vergüenza de no recibir el respaldo ni de sus copartidarios.
Todos han presentado un programa de gobierno que, al analizarlos, es para cumplir con el requisito del artículo 259 constitucional y la ley 131, y no para llevar a cabo un cambio significativo en La Guajira. Lamentable.
No hay dudas de que se necesita una transformación profunda en todos los indicadores sociales, pero los programas de gobierno son un desfile de promesas que suenan a eco vacío escuchadas una y otra vez ¿qué garantía tenemos los guajiros de que esta vez será diferente, o quién garantiza la terminación del período si ya están hablando de doble militancia?
Todos los candidatos mencionan la gestión de recursos del gobierno nacional, cooperación internacional o inversión privada como fuentes de financiamiento para sus proyectos. ¿Y qué pasa con los recursos propios, rentas cedidas, regalías, SGP?
Jairo Aguilar con "PRIMERO LA PALABRA" se enfoca en la salud de zonas rurales y comunidades indígenas. La construcción de hospitales y centros de salud es una propuesta recurrente que sigue siendo un espejismo. Lo hicieron solo con datos, sin conocer el departamento de manera física.
Jimmy Boscán apuesta por "LO HAREMOS BIÉN", buscando mejorar los ingresos y el bienestar de los ciudadanos. Nuevamente la vivienda, infraestructura educativa y turismo son los pilares de su programa. Pero en concreto nada.
Laura Andriolis se inclina por "LA GUAJIRA: TERRITORIO DE VIDA Y PAZ EN UNIDAD", una verborrea de proyectos sin dirección que han fracasado en el pasado, concentrándose en la prevención de la violencia y la promoción de la cultura.
Los candidatos son elegidos para gobernar, pero tristemente la historia política de La Guajira ha demostrado que la corrupción ha socavado el progreso del departamento, y las promesas incumplidas son el denominador común de las campañas.
Esta semana de recta final hay que reflexionar sobre los programas de gobierno, más allá de las palabras brillantes y las promesas tentadoras, evaluando la viabilidad y capacidad real para abordar los problemas más urgentes del departamento, exigiendo compromisos genuinos, y una profunda comprensión de las fuentes de recursos para financiar los proyectos.
Los votantes de La Guajira tienen la responsabilidad de elegir un líder que pueda hacer una diferencia positiva en el departamento. Es esencial que no se dejen llevar por la retórica vacía y las promesas de siempre. En cambio, deben abrazar un espíritu crítico y exigir a los candidatos un compromiso verdadero con el desarrollo.
Los guajiros hemos sido testigos de oportunidades perdidas y promesas incumplidas, razón por la cual no se puede permitir que esta elección se convierta en otro capítulo de “más de lo mismo”, sino líderes dispuestos a trabajar incansablemente para resolver los problemas más apremiantes del departamento y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. No podemos seguir viendo a los gobernantes llenándose sus bolsillos y el de sus entornos familiares mientras los problemas de la gente siguen ahí…
La Guajira tiene un potencial inmenso, pero solo podrá realizarse eligiendo un líder comprometido y capaz de llevar a cabo un cambio genuino.
La elección de un gobernante no debería ser un acto rutinario, sino una oportunidad para definir un futuro mejor. Que esta vez La Guajira rompa con la historia eligiendo un líder que trabaje incansablemente por el bienestar y el progreso de todos sus habitantes.
PUNTOAPARTE. Reto a los candidatos a la gobernación de La Guajira Jairo Aguilar, Jimmy Boscán y Laura Andriolis que acepten una sesión de polígrafo, para determinar que nunca han llevado a cabo actuaciones corruptas en su condición de servidores públicos o cumpliendo funciones públicas o cuando hayan contratado con la administración pública… ¿será que a alguno se le funde el equipo sale electrocutado?
La Guajira necesita que la gobierne gente sin tacha y libre de cualquier duda…
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...
@LColmenaresR