Facebook

     SiteLock

Última hora
Los paragestores de paz - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:06
Intervención Foro Cd sobre energía - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:04
Petro va por CC y Registraduría - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:02
La idea de “justicia” de Petro - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:01
Gobierno necesita aprender mucho - Miércoles, 20 Noviembre 2024 03:34

Aclaraciones frente a audiencias en caso de Álvaro Uribe

Andrés Úsuga         

Mi obsesión por el estudio, aprendizaje y comprensión del derecho penal y sus ciencias auxiliares, podría decir que se inició, desde el mismo momento en que recibí mi primera clase con el Gran Maestro Fernando Velásquez, por allá a inicios del siglo XX, en mi querida Universidad Pontificia Bolivariana, estudiábamos con su texto y con un folleto anexo al mismo, que traía casos prácticos, en ese libro -que aún conservo-, se recopilaba la acumulación y evolución, no solo de los maestros de mi profesor, como el gran Nodier Agudelo (luego conocería su maravillosa adaptación del texto de Beccaría, “De los delitos y de las penas” obra del siglo XVIII) el maestro Juan Fernández Carrasquilla, sino también de los grandes maestros y escuelas del Derecho penal, procesal penal y probatorio penal, no solo locales sino a nivel global.

Estudiar a Carrara, Framarino Di Malatesta, Ferri, Eugenio Florián, Klaus Roxin…en fin, me parecía apasionante y aún hoy que poseo sus libros, muchos de ellos originales, que conservo como un tesoro y los disfruto mucho, así como quedé también impresionado, con las disruptivas teorías de los italianos Garófalo y Lombroso, que acudían al derecho penal de autor y no de acto y lo hice gustoso, preparando y dictando clase, en mi primera vez como profesor, donde serví la asignatura “Pruebas penales” en la institución Universitaria Tecnológico de Antioquia, finalizando la primera década de este siglo.

Todo esto lo digo, porque, aunque había abandonado por un tiempo el litigio en derecho penal,  nunca en penal militar, volví a estas lides, luego de mi paso por el sector público, y luego de la pandemia, llegaron cosas muy positivas como la posibilidad de ver las audiencias más relevantes del país, de manera virtual y en directo, gracias a ciertos canales de Youtube (el mejor de ellos, Focus Noticias, debo decirlo con felicitaciones incluidas) y unos medios de comunicación muy acuciosos, lo cual me encanta, así como lo hacía con varias audiencias a las cuales asistí, como estudiante del gran maestro Carlos Jaramillo QEPD, y hoy puedo desde mi escritorio, ir viendo, mientras hago otras actividades y escuchando el devenir de audiencias más importantes para el país.

En ese orden de ideas, he venido haciendo seguimiento al caso del expresidente Uribe, entre otros casos que me interesan, por declaraciones de algunos generales en la JEP, el caso Mattos, cartel de la toga, etc., y hay cosas que realmente sorprenden y abruman, como ver a un ex Fiscal General de la Nación (el primero que era penalista neto, incluso profesor de la materia) desconociendo todo lo que aprendimos durante mucho tiempo en las aulas y adicionalmente, sin idea de cómo era el desarrollo de una audiencia en el sistema penal oral acusatorio, ante lo cual, una juez de la república debió llamar su atención, pero dejemos las cosas de forma y las ramplonerías de ciertos colegas de un lado y centrémonos en temas de fondo.

Si existe una institución central, medular y esencia de la evolución del derecho penal ha sido, desde el medioevo, es, será y debe seguir siendo la llamada DUDA RAZONABLE, que, ligada al Derecho fundamental y universal del debido proceso, se convierte en el vórtice de cualquier sistema de justicia penal… al menos en occidente y en las democracias serias e incluso en los que no lo son tanto.

Pero centrándonos solo en las últimas 5 audiencias, llevadas a cabo en toda la semana, entre el lunes 10 y el viernes 14 de octubre de 2022, en el caso Uribe Vélez, ver dudas y “reversazos” sobre un testigo estrella, que dice recordar caras, frases y órdenes de cuando él contaba con escasos 5 años, lo cual, ha sido desmentido por su propio padre Oscar Monsalve, quien incluso afirmó, que solo conoció al acusado por TV, asimismo, de otros integrantes de la finca Guacharacas, como Miguel Ángel Palacio, Luis Carlos Osorio y hasta la maestra Mariela de la escuela de esa vereda, que descubrieron que el mismo testigo, ha sido objeto de dádivas en persona propia, de su esposa y sus padres, saber que han sido declaraciones que ofrecieron desde cárceles y fueron promovidas por un congresista abiertamente no solo opositor al investigado, sino que ha ido cárcel por cárcel incluso del extranjero, buscando afirmaciones en contra de sus enemigos políticos etc., etc., etc., ... En fin, listar la cantidad de irregularidades en ese proceso sería farragoso y demasiado técnico para que lo entienda la opinión pública, que lee este pretendido básico texto…, pero aspiro que si lo haga la academia y ojalá los departamentos de derecho penal de universidades como el Externado, la Pontificia Universidad Javeriana, el Colegio de Nuestra Señora del Rosario y la Universidad de los Andes.  

Pero adicionalmente a ello, a punta de presión en columnas de “opinión” supuestamente objetivas, imparciales, sin sesgo, hacer que cambien jueces, fiscales y funcionarios que, en vez de aplicar el derecho, sus principios e instituciones, acusen a como dé lugar (y más allá de todas las dudas muyyy razonables) a su más connotado enemigo político, me ha parecido aberrante.

Me di a la tarea de investigar, quien era el fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, que actualmente lleva el caso en mención, por la cantidad de ataques de seudo periodistas, columnistas y opinadores, que juegan muy bien a agendas ideológicas y partisanas ….pero también de venganza y miren lo que descubrí: es un funcionario judicial desde 1993, fue juez civil municipal y de circuito, juez penal municipal y de circuito y también juez de familia, especialista en Derecho Administrativo, derecho penal y en pedagogía de los DDHH, pero desde 2010 llegó a la Fiscalía General de la Nación, no precisamente por favores políticos sino por méritos, no fue llevado al ente acusador ni por Barbosa, ni por Néstor Humberto -que ahora a los mismos periodistas y opinadores les parece nefasto, pero en el principio del gobierno Santos les encantaba- y es uno de los 12 Fiscales Delegados ante la Corte Suprema de Justicia, esto es, de los fiscales con mayor experiencia para que investigue y acuse a los aforados del país (congresistas, magistrados, gobernadores y oficiales de insignia, entre otros), además, formado en Derechos Humanos, pero como está aplicando correctamente los postulados, que todos hemos estudiado desde la evolución del derecho penal y ha sido garantista, objetivo, moderado, mesurado  e imparcial, ya que, no tiene compromiso, ni político, ni burocrático, ni con el investigado, ni tampoco con los acusadores (hoy en el poder valga decirlo) entonces lo califican y fustigan como fiscal de bolsillo… ni siquiera pudieron explicar del bolsillo de quién, porque las cuentas no les dan.

Qué lástima, que parece ser que las únicas personas, que no tienen derecho ni a la presunción de inocencia, ni al debido proceso, ni a las garantías constitucionales y legales que son producto de la decantación de tantos siglos de las ciencias penales, son las personas -que no  son considerados ciudadanos- que ejercieron el poder sin cumplir cierta agenda ideológica, principios partisanos contrarios a cierta hegemonía judicial y no se alinearon a determinada visión del mundo…..que reiteremos, hoy por fin logró gobernar…aunque aún se comporten como en campaña.  Cedo la palabra a los profesores de Derecho Penal de las más prestigiosas universidades del país... los que nos enseñaron todo lo contrario a lo que hoy vemos en vivo y en directo por el canal de Youtube Focus Noticias…

Publicado en Columnistas Regionales

Compartir

Nuestras Redes