"Murmullos" es un tangazo de autores uruguayos que Gardel interpretó con su habitual maestría (vid. MURMULLOS - Carlos Gardel - LETRAS.COM). Esos murmullos son voces que vienen del pasado. Traen consigo el viento del recuerdo que sacude el ombú de la existencia. En ocasiones, al oírlos, el cielo claro de los ojos queda tapado de cerrazón. Es la voz de la conciencia que apunta con su dedo acusador y nos reclama por todo aquello en lo que hemos fallado de palabra, obra y omisión. Homero Manzi lo señala con rigor cuando dice en "De Barro": "Estoy mirando mi vida en el cristal de un charquito y pasan mientras medito las horas perdidas, los sueños marchitos..." ((3) ANÍBAL TROILO & FRANCISCO FIORENTINO: DE BARRO (TANGO CON LETRA DETALLADA) - YouTube).
En "Lessons from the light", Kenneth Ring Ph.D. escribe sobre sus investigaciones en torno de las experiencias cercanas a la muerte, fenómeno ya muy documentado a partir del famoso libro "Vida después de la vida", de Raymond Moody. Los que han pasado por ese trance suelen mencionar el repaso de la vida que ocurre por la mente como una película no siempre amable. Un taxista me contó que a raíz de un accidente en motocicleta tuvo esa experiencia. Sintió que salía del cuerpo e iba a dar a un teatro vacío en el que presenció aterrado todo su transcurso vital, hasta que de pronto algo lo sacó de ahí para regresarlo a su normalidad. Vid. Amazon.com: Lessons from the Light: What We Can Learn from the NearDeath Experience: 9781930491113: Kenneth Ring, Evelyn Elsaesser Valarino, Caroline Myss: Books; Download Vida después de la Vida by Raymond A. Moody).
Una de las consecuencias de ese fenómeno es el cambio de vida que se produce en los que lo experimentan.
A mi avanzada edad el tema del tránsito es crucial. Digamos que hay cuatro respuestas posibles a esta grave inquietud:
-La primera es la de quienes piensan, como Héctor Abad Faciolince en "El olvido que seremos", que de nosotros sólo queda el recuerdo que poco a poco se va desvaneciendo hasta sumirse en el olvido. Nuestro destino final es la nada.
-La segunda es la de quienes no afirman ni niegan la existencia ultraterrena y viven como si no les importara. ¨Sólo contamos a ciencia cierta con esta vida, así que gocémosla sin preocuparnos por lo que vendrá después".
-La tercera obedece a cierta tendencia que se alimenta de las enseñanzas de Elisabeth Kübler-Ross en su famoso libro "La muerte es un amanecer" (vid. Elisabeth Kubler Ross - La Muerte Un Amanecer). Según lo que ahí se expone, el tránsito es hacia mejor vida. Hay abundante literatura, más o menos de inspiración espiritista, que describe el más allá en términos muy favorables que niegan que haya demonios, infierno y en general penalidades agobiadoras. A lo sumo, reconocen que habrá que hacer examen de conciencia y aprender de los errores cometidos, para así gozar de la bienaventuranza.
-La cuarta es la que enseñan los Evangelios. Recuerdo a propósito de ello que a López Michelsen le preguntaron alguna vez por sus lecturas filosóficas y respondió que él las limitaba a los Evangelios, pues según su punto de vista "ahí está todo". Y los Evangelios son contundentes acerca de lo que nos espera después del tránsito hacia la eternidad. Nos trazan el camino que hacia Dios nos conduce y nos alertan acerca de lo que de Él nos aleja. En mi oración cotidiana ruego la gracia de perseverar en el primero y de no extraviarme por los andurriales del segundo. Ya los he transitado y no quisiera volver a ellos. Soy, como lo ilustra un pasaje evangélico, "un operario de la última hora".
Por experiencia personal, mis contactos con los médiums enseñan algo muy diferente de lo que algunos difunden con mal orientado optimismo. En la manifestación de un allegado muy querido le pregunté si veía a Dios y me respondió que él había sido malo y experimentaba mucho sufrimiento. Agregó que a su lado pasaban almas que se referían a algo muy luminoso y feliz en otras esferas, mas no en la suya. Otro me dijo que al principio las cosas habían sido muy duras, pues tuvo que arrepentirse de todo lo malo que había hecho, pero luego fue ascendiendo hacia un estado de paz que nosotros no alcanzamos a captar. Me aclaró que no gozaba de la visión beatífica, pero sí de los resplandores de la Divinidad. Otro más me llegó llorando y pidiendo perdón por todo lo que había perjudicado a los demás. Me contó que lo asesinaron en la cárcel porque fue uno de los primeros que se metieron en el narcotráfico. A una conocida mía le llegó su finado esposo rogándole de rodillas que lo perdonara, sin decir nada más.
A los que niegan la existencia de demonios y de infierno, si no creen en los Evangelios, les sugiero que se ocupen de las experiencias de los exorcistas o de lo que relata en su Diario santa Faustina Kowalska. Es uno de los libros más impactantes que he leído (vid. DIARIO COMPLETO SANTA FAUSTINA KOWALSKA). Su mensaje no sólo revela la existencia del Infierno, que les fue dada además a los videntes de Fátima, sino la infinita misericordia de Dios para con los extravíos y las debilidades humanas. El perdón está al alcance de quienes lo pidan de todo corazón. Pero el rechazo a Dios trae consigo la muerte del alma.