velocidad que no corresponde a la realidad nuestra, por el impresionante cambio que ha ocurrido en ese país en tan poco tiempo. Alberto Bernal celebró la victoria de Javier Milei tomándome una botella de Macallan 18. Esa victoria me generó mucha felicidad, porque Argentina ha sido parte de mi vida por más de 25 años, entre otras cosas porque mi tesis de maestría fue sobre la economía de ese bello país.
Confieso, eso sí, que JAMÁS me hubiera logrado imaginar que íbamos a ver un cambio tan impresionante en la macro en apenas un año. Las sorpresas comenzaron por el lado fiscal, cuando el ministro Caputo le contó al mundo apenas comenzando 2024, a finales de febrero, que en enero el Sector Público Nacional había logrado registrar un superávit financiero de $518.408 millones de pesos. Mi primer pensamiento fue, “pues excelente pero no es sostenible esa situación, porque seguro el gobierno está demorando pagos para mostrar mejores números y así lograr parar la maquinita de impresión en el banco central”. Pues bueno, ya salieron los números de octubre, y resulta que los malos números que yo esperaba ver jamás llegaron. Según la Casa Rosada, “El SPN acumuló en los primeros diez meses del año un superávit financiero de aproximadamente 0,5% del PIB (superávit primario de aproximadamente 1,8% del PIB)”. Mejor dicho, el gobierno de Javier Milei ha logrado implementar un ajuste fiscal superior a 5% del PIB en medio de una recesión, y a pesar de haber comenzado la gestión en un desequilibrio macroeconómico sin precedentes (el gobierno de Cristina Kirchner dejó una inflación anualizada que superaba 300%, entre otras muchas ineficiencias, como la incapacidad de financiar al gobierno con el mercado voluntario).
El gobierno de Milei está logrando la unificación de las diferentes tasas de cambio (dólar Coldplay, turismo, tarjeta, etc.) a punta de controlar la oferta de pesos, no a través de flotar la moneda buscando una depreciación adicional de la tasa oficial. Esta estrategia lo que logrará es que la unificación de todas las diferentes tasas de cambio paralelas converja con la tasa oficial a un nivel más apreciado al actual, implicando que lo más probable es que la normalización del mercado cambiario NO coincidirá con un incremento de la inflación. Si alguien me hubiera preguntado hace un año que si esta proeza era posible yo le hubiera contestado con un rotundo “pero ni por el diablo”.
El presidente Milei también está logrando cambiar unos paradigmas que yo consideraba imposibles. Un muy claro ejemplo es la gratuidad de la educación superior. Argentinos educados que conozco me lo han dicho muchas veces en el pasado: la universidad debe ser gratuita para todo el mundo, incluso los inmigrantes, ¡Y punto! Pues no, porque alguien siempre paga la cuenta y Milei está logrando cambiar esa forma de pensar del argentino del común.
Por último, el crecimiento económico. Como argumentaba antes, el gobierno de Milei ha logrado implementar un ajuste fiscal de 5% del PIB a punta de cortar el gasto público con motosierra. Por obvias razones esa política implica una caída de la demanda agregada. Pero la economía ya está creciendo a una tasa anualizada de 8,5%, y mis modelos prevén un crecimiento de por lo menos 6% en 2025, entre otras cosas porque la producción petrolera en Argentina está disparada. Según los datos oficiales, Argentina exportó 515.000 barriles de petróleo en octubre de 2024, mostrando un crecimiento de 125% anual. Cuando Milei asumió, Argentina producía menos de 600.000 barriles de petróleo diarios. Hoy va rumbo a producir más que Colombia en más o menos seis meses, asumiendo que la pendiente del crecimiento de la producción se mantiene. Mientras el bárbaro del Gustavo Petro empobrece a Colombia, el león argentino saca de la miseria a su pueblo. ¡¡¡¡Que viva la libertad carajo!!!!’