Otras opiniones
Humberto Montero
Hay clubes a los que hay que pertenecer si se quiere llegar a algo en vida. Ser socio del Casino de Saint Tropez, del Club Bilderberg —que reúne periódicamente a algo más de un centenar de las más influyentes personalidades del mundo— o del neoyorquino The Core está al alcance de muy pocos. Incluso, si me apuran, merece la pena pagar una fortuna por la membresía en el Real Madrid, que se traspasa padres a hijos como un título nobiliario. Se me notan los colores, lo sé. Pertenecer a la Unión Europea, surgida de un club de magnates del carbón y el acero, te facilita mucho la vida, aunque haya algunos para quienes —como los británicos— no sea suficientemente exclusivo desde que entraron polacos, rumanos y búlgaros.
Los Irreverentes (Editorial)
Enseña la sabiduría popular que cuando el río suena, piedras lleva. Son muchos los rumores que hay en contra del alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle respecto de posibles actos de corrupción. Igualmente, se indica que su esposa, Diana Osorio sería tramitadora de coimas y patinadora de multimillonarios contratos, señalamiento que no es descabellado si se tienen en cuenta los antecedentes suyos con el clan corrupto integrado por los hermanos Jack y Ronald Housni Jaller, responsables del saqueo a la isla de San Andrés.
Fernando Barrero
No sabes el dolor tan grande que sentimos todos los tuyos al vernos abandonados de tu presencia.
Daniel Mera Villamizar
37 billones de pesos al año en transferencias monetarias no condicionadas, propone el populismo. Competir contra esa oferta, un reto.
El Colombiano (Editorial)
En el último Gallup Poll, un 53 % de los encuestados desaprueba la forma como se está desempeñando Quintero. Es la primera vez en más de 27 años que la desaprobación a un alcalde de Medellín es más alta que la aprobación.
Jaime Arizabaleta
Las tres principales ciudades del país se encuentran desde hace meses bajo el poder del hampa: atracos masivos, homicidios, agresiones, delincuencia desatada y demás, son el desconsolador panorama de Bogotá, Cali y Medellín. Y sus alcaldes -todos zurdos y votantes de Petro- Claudia López, Jorge Iván Ospina y Daniel Quintero, no han hecho más que condenarlas con sus decisiones de privilegiar a un puñado de vándalos denominados la “primera línea”, por encima de los intereses de los ciudadanos. En consecuencia, hoy, cualquier bandido cree tener licencia para hacer lo que quiera.