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Daniel Mera Villamizar

El Programa de Alimentación Escolar y los bonos de carbono podrían tener nuevo enfoque.

Una máxima de uso frecuente e impreciso en sus alcances es “los problemas de la democracia se resuelven con más democracia”. Depende. No es tan intuitivo. Si la proliferación de partidos en un sistema desestructurado se pretende corregir con más partidos, tal vez la máxima tenga un uso simplemente retórico.

Bastante menos frecuente es “los problemas del capitalismo se resuelven con más capitalismo”. Depende de las adiciones o reformas. Si es para que haya más propietarios y más distribución de la riqueza, la frase podría funcionar.

“Más capitalismo” del mismo que predomina no parece ser la solución. La cuestión es si estamos en “guerra” contra el capitalismo (para ojalá acabarlo) o si queremos transformarlo. Pocos están en la defensa acrítica de nuestro sistema económico y social.

Esta “guerra” en Colombia se cultiva en varios puntos del espectro ideológico-político y se expresa en ideas probadamente desastrosas y en un espíritu anti-capitalista. No dicen con claridad que la solución sea otro sistema, pero difícilmente podría afirmarse que buscan que el capitalismo funcione mejor.

Yo estoy en el lado del capitalismo popular o inclusivo para salvarnos del capitalismo progresista. “Acabar (”drásticamente”, como propone Stiglitz) la desigualdad económica no es lo mismo que construir una sociedad con mayor participación en los activos, que generan los ingresos”, anoté en “Capitalismo progresista versus capitalismo popular” (09/marzo/2020).

Con este ejemplo: “La propuesta de comprar el ingenio Incauca para entregarlo a los campesinos es capitalismo progresista; la de meter a cientos de pequeños propietarios de tierra en el negocio del azúcar en alianza con los ingenios sería capitalismo popular”.

Piketty habla sin ambages de “socialismo democrático”, pero a nosotros nos da pena proponer un “capitalismo democrático”. Es claro que los cambios en el capitalismo no surgirán espontáneamente desde adentro de sí mismo, sino que requieren ser discutidos y aprobados en el ámbito de la política y la democracia.

La competencia política de fondo hoy en Colombia es sobre la imaginación, el espíritu y la cultura concernientes al régimen económico y social. Se está ofreciendo un cambio en un sentido aventurado, y falta con igual fuerza la propuesta de un cambio seguro.

Es evidente qué visión va ganando, que tiene bloqueadas reformas de sentido común porque el sistema entró en un déficit de legitimidad que no le permite explicar cosas obvias para asegurar la sostenibilidad en ciertos campos (como la edad de jubilación, por ejemplo).

Cualquier definición de capitalismo popular y democrático deberá ser vernácula, sin dejar de ver la literatura internacional. Uno de sus principios sería este: “siempre que sea razonable en lo económico-financiero, se preferirá dar los negocios que genera el Estado a las comunidades de base”.

No es fácil cumplir este requisito, pero la alimentación escolar en raciones calientes es un caso: las madres de familia lo harían mejor que los intermediarios que tanto trabajo le dan a los organismos de control. En “Carne de burro para niños y PAE burro” (27/oct/2020) insistí en que “son más los beneficios de entregar el PAE a las comunidades educativas”.

Otro de los principios del capitalismo popular y democrático sería: “la rentabilización de activos de poblaciones pobres contará con capital altruista y con ánimo de lucro (público y/o privado) administrado por mecanismos de mercado competitivos, con incentivos tributarios”.

Esto requiere un diseño sofisticado (y hay que fortalecer la tendencia a la sofisticación también a favor de los que no tienen capital propio), pero claramente los activos de tierras colectivas de comunidades étnicas podrían beneficiarse de un esquema que les permita superar la barrera del capital para entrar al mercado de carbono, con participación de miles de personas sin recursos en cabeceras urbanas.

Lo triste es que estas ideas concretas no van a prosperar si seguimos enfrentando la competencia con el populismo sin una visión alternativa de capitalismo que pueda resolver los problemas sociales y estructurales que son innegables.

@DanielMeraV

https://www.elespectador.com/, Bogotá, 05 de septiembre de 2021.

Publicado en Columnistas Nacionales

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