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Juan Carlos Echeverry*                                                                                          

“EL CORAZÓN ENERGÉTICO DE COLOMBIA

Colombia tiene la fuerza laboral subempleada más grande en el occidente del hemisferio: 17 millones de personas.

Tiene (hasta ahora) instituciones serias, que hay que mejorar y adaptar para atraer un influjo substancial de inversión y empresas, y desarrollar la economía y la fuerza laboral.

Debe también replicar la sobreoferta de gas y energía barata que le permitió a México despegar.

Esa energía está enterrada en lo que se puede llamar “corazón energético de Colombia”, entre los departamentos de Santander, Antioquia, Caldas, el sur de Bolívar y César, a lo largo del Magdalena Medio.

Allí se encuentra, aparentemente, lo que sería la reserva de gas más grande de Colombia, que estimaciones preliminares tasan en 20 tera-pies-cúbicos.

Ese gas sería la garantía de un suministro de energía barata para oncemillones de familias, en especial las de la costa Caribe; y la fuente energética para la industrialización.

La red de gasoductos existentes lo distribuirían para volver competitivas varias regiones del país.

En la actualidad el precio de la energía en México es 44 dólares por Kilo Vatio/hora ($/KWH, precios promedio anuales), mientras que en Colombia es 68 $/KWH.

Los altos precios de la energía eléctrica son resultado de la lentitud en el otorgamiento y trámite de los permisos ambientales y los temas sociales.

No obstante, el actual gobierno prefiere dejar ese gas enterrado, lo que equivale a dejar dos kilómetros bajo tierra el futuro y el bienestar de 17 millones de trabajadores y cuatro millones de familias.

La razón de esa terquedad es que la extracción del gas se haría con una tecnología que le molesta al presidente Petro y a la ministra Susana Muhamad, consistente en la fracturación de rocas, que hoy aplican con tremendo éxito Argentina y EE. UU., y que volvió a llevar manufactura de mucho tipo a los EE. UU.

La competitividad requiere no sólo energía sino transporte barato. La manufactura y el agro colombianos suceden lejos de los puertos. ¿Qué sentido tiene gravar con impuestos al diesel y la gasolina? Equivale a gravar cada producto de exportación de la manufactura y el agro colombiano. Quitar los impuestos a los combustibles mejora la competitividad del país. La mayor competitividad le devolverá con creces a la nación, los departamentos y municipios los ingresos tributarios que hoy derivan de gravar los http://combustibles.Así mismo, el tren multimodal La Dorada-Ciénaga será una alternativa de transporte barato.

En suma, pongamos al corazón energético de Colombia, situado en el Magdalena Medio, a bombear energía barata, con base en el gas producido con fracking. Atraigamos muchas empresas mundiales que buscan 1) abundante mano de obra, 2) instituciones serias y estables, y 3) energía y transporte baratos, para producir para los mercados de Estados Unidos, México y el mundo. Es decir, convirtámonos en el México de México. Lo que debemos hacer es obvio. El futuro no da espera.

* Publicado en su cuenta de X (@JCecheverryCol) el 8 de septiembre de 2024.

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