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Camilo Guzmán      

El presidente, Gustavo Petro, con su exceso de demagogia y populismo, ha decidido estrangular el progreso de Colombia. En particular, la decisión de no asignar los recursos necesarios para la finalización de las vías de cuarta generación en Antioquia, que prometen revolucionar la infraestructura del país, evidencia una desconexión alarmante con las necesidades reales de la nación. La negativa del presidente, fundada en la errónea percepción de que estas carreteras beneficiarían exclusivamente a los “ricos”, ignora la trascendencia de estas obras: son 1.370 kilómetros de dobles calzadas, 141 túneles y 1.300 viaductos o puentes que están en juego, infraestructuras que prometen disminuir en 30% los tiempos de desplazamiento y reducir los costos de importación y exportación en un 20%.

La parálisis de estos proyectos afecta directamente la creación de empleos, la mejora de salarios y el acceso a productos a menores precios para todos los colombianos, es decir, afecta la posibilidad de soñar con un mejor futuro. Esta decisión no solo pone en riesgo el bienestar económico, sino también el progreso ambiental, ya que la finalización de las vías reduciría significativamente la emisión de dióxido de carbono, generando beneficios ambientales valorados en $15 billones.

Ante este escenario de abandono gubernamental, el gobernador Andrés Julián Rendón, haciendo eco de la propuesta del expresidente Álvaro Uribe, ha iniciado una campaña ejemplar de solidaridad: “Vaca por las vías: Desde Antioquia por Colombia”. Esta campaña busca reunir fondos de los ciudadanos, de manera voluntaria, apelando a su sentido de responsabilidad y amor por el país, para conseguir un billón de los $3,4 billones faltantes en la financiación de las vías. La meta es ambiciosa: recolectar $1 billón a través de donaciones que van desde los $10.000 hasta $1 millón.

Este modelo de financiación participativa y descentralizada es un claro mensaje para la clase política colombiana: cuando la administración falla, los ciudadanos no. Refleja una sociedad civil organizada, capaz de trascender la división y la retórica de confrontación, unida por un compromiso inquebrantable con el desarrollo y el bienestar del país. Es un recordatorio de que la población colombiana está dispuesta a organizarse, sin dejarse fragmentar por discursos que buscan dividir en base a clase, raza u origen regional.

Ojalá todos los colombianos, no solo los antioqueños, se sumen a esta causa. Independientemente de su origen o posición económica, es momento de demostrar que nuestro compromiso con el futuro de Colombia no se deja amilanar por discursos trasnochados de políticos con malas ideas y sed de división y conflicto. Con cada contribución a la vaca por las vías, no solo estaremos financiando kilómetros de carreteras, sino también construyendo puentes hacia una nación más unida, productiva y próspera.

Nos encontramos en un momento histórico, donde nuestras acciones definirán el curso de Colombia. No permitamos que la división, el populismo, la demagogia y el cortoplacismo político dicten nuestro destino. Unidos, podemos superar cualquier obstáculo y transformar la adversidad en una oportunidad para crecer y prosperar juntos. Es tu momento, es nuestro momento, de ser parte del cambio que queremos ver en Colombia.

https://www.larepublica.co/, Bogotá, 27 de marzo de 2024.

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