Qué desastre de gerencia pública.
Que show de abusos, desaciertos y corrupción, le están dando al pueblo colombiano.
Y ellos creen que nada pasa.
Y claro que pasa.
El desengaño, el desconcierto y el rechazo a todo lo que significa Petro, es descomunal, y crece exponencialmente.
¿Ya vieron que a la última convocatoria que hizo Petro al pueblo para salir a la calle, no salió nadie?
¡Fecode y cuatro gatos!
O creen Ustedes que la Corte Suprema quedó muy contenta al ver que los de la primera línea y Fecode, casi los fritan de nuevo.
Y a la policía, no le dio la gana de protegerlos con anticipación, sabiendo que los pillos iban para la Corte.
Las explicaciones del general Salamanca de la Policía, dan rabia.
Qué tal la indignación de todo el sector de infraestructura, al ver que Petro, por un capricho, les va a quitar una millonada de los recursos que ya tenían asignados en el presupuesto nacional y va a dejar muchas vías importantes inconclusas y desconectadas.
Hasta los Metros de Bogotá y la 80 de Medellín están viviendo esa zozobra porque al bipolar, se le ocurrió, quitarles los recursos.
¿Qué tal?
Los colombianos hemos visto con asombro, como se robaron desde el gobierno nacional, una millonada en Davos Suiza.
Las explicaciones del gobierno son ridículas.
¿Qué tal el robo de casi $ 20.000 millones en los 40 carrotanques de la Guajira?
El responsable directo de ese atraco, ante el escándalo por medios y redes, se limitó a decir, “¡vamos a revisar los costos!”
¿Conocían un cinismo igual?
Y todos al interior del Gobierno se quedaron como si nada hubiera pasado.
¡Que espectáculo tan grotesco!
Por cosas mucho menores, los colombianos hemos visto desfilar, funcionarios sancionados, inhabilitados, destituidos y encarcelados.
Y aquí no pasa nada.
Se corrieron las líneas éticas como proponía el asesor Guanumen.
Y cierro con el show en la Cancillería.
Después que Leyva se le robó descaradamente a Thomas Greg & Sons el contrato por $ 600.000 millones para la fabricación y suministro de los pasaportes, fue retirado del cargo por la Procuraduría.
Estando bajo esa sanción y sin entregar el cargo, nombró a Benedetti embajador ante la FAO.
Ese acto es naturalmente ilegal, porque el Canciller no podía, estando sancionado firmar ese decreto.
Sus funciones estaban suspendidas.
Ya fue demandado y Benedetti perderá el puesto.
Cuestión de días.
Y hoy el Secretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar, produjo una resolución, adjudicando la licitación de los pasaportes a Thomas Greg & Sons, como ha debido ser, y seguramente tratando de evitarle una evidente multa a Colombia por $ 110.000 millones, por demanda presentada por esta firma.
Enceguecido de la ira, Petro destituyó a Salazar.
“¡Por traidor!”
“Me voy feliz””, dijo Salazar. “¡Cumplí la ley, como tenía que ser!”
¡Juzguen Ustedes!
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