Y la oposición ganó de lejos el pulso en las calles.
Petro intentó amedrentar a los congresistas y partidos que no le quieren aprobar sus reformas, en su estado original, como las presentó, y falló en su intento.
Famélicas, y escuálidas fueron las marchas de apoyo a Petro.
En Bogotá, Medellín y Cali, muy numerosas y entusiastas las manifestaciones contra Petro.
Y en las demás ciudades también fueron muchísimo más numerosas las manifestaciones y concentraciones contra Petro.
De eso no quedó la menor duda.
La plaza de armas del palacio de Nariño, fue llenada por maestros de Fecode, funcionarios públicos, y contratistas.
Pero hubo que retirar más de la mitad de los asientos por falta de asistencia.
El “balconazo”, como llamaron la intervención de Petro allí, fue un acto de arrogancia y tiranía, exhibiendo una fuerza política que ya no tiene.
Las marchas lo pusieron en evidencia.
Después de las marchas, continúa la lucha en el Congreso, pero ya con menos miedo.
Petro ya no intimida a la oposición convocando a la gente a las calles.
Allí fue claramente derrotado.
Petro deberá atender más al ala moderada del Gobierno que propone, conciliar y negociar el alcance de las reformas con los demás partidos de la coalición.
En vez de reventar esa alianza y recibir una negativa a sus reformas en el Congreso.
La reforma a la Salud será la primera de las más duras batallas que va a enfrentar Petro.
Por qué la oposición es gigante.
Y es tan grande porque a todas luces Petro, trata de “estatizar “, la salud y sacar de allí a la gerencia y al capital privados.
¿Como no van a saber más de salud Sura, Colsanitas, y hasta la nueva EPS, que una manada amorfa y desarticulada de burócratas escogidos desde la politiquería?
¿Cómo le va a gustar a los colombianos que esa salud que hace 30 años se viene corrigiendo y mejorando en cobertura y calidad, pase ahora por voluntad de un político de izquierda, al Estado?
Todos sabemos que ese Estado es pésimo administrador, no maneja ni incentivos económicos, ni indicadores de eficiencia.
Y tampoco despide a los malos funcionarios, desde que tengan un padrino político.
Pero tampoco responde por las pérdidas producto de los malos manejos.
¡Nadie responde en el Estado!
El Estado moderno apenas puede desempeñar tareas mínimas.
Todo lo demás en este mundo moderno, se ejecuta bajo los
sistemas de contratación y de concesión, con empresas privadas ejecutoras especializadas en cada tarea.
Hasta la misma recaudación de impuestos del Estado se hace casi toda a través de los bancos.
Así funciona el mundo; una interacción entre Estado y Empresa privada.
A Petro le va a tocar, atender a sus ministros moderados, y abandonar esa posición dura y tiránica, que venía adoptando.
De lo contrario, todas sus reformas van a ir a parar al cesto de la basura.
Y la estrategia de atemorizar a los partidos y a los congresistas convocando la gente a la calle, le fracasó estruendosamente.
Sobremesa.
Las torpes decisiones del comienzo del gobierno tienen el dólar disparado, la inflación desbocada y el orden público hecho un rio de sangre y la delincuencia incontrolable.
1. Descabezar 70 altos mandos militares, dejó arrasada y desmoralizada la fuerza pública.
2. Las alzas forzadas y mensuales de los combustibles, y el aumento politiquero del salario mínimo del 16%, tenían que disparar una ola inflacionaria que hoy nadie puede contener.
3. La torpe decisión de suspender la exploración de petróleo y gas, iba a espantar la inversión extranjera, y naturalmente el dólar, se tenía que disparar.
Conclusión, todos los males que hoy está sufriendo el país, y arrasando la popularidad de Petro, fueron buscados.
Con ese sistema de gobierno, cada día que pase, el descontento y el descontento crecerán exponencialmente.
Petro y su popularidad son hoy víctimas del fracaso de su propio invento!
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