Veamos las razones para opinar así:
El precio de compra propuesto ($ 29.879) no es bueno ni justo. Para mi gusto, tira a malo e injusto. Es cierto que en bolsa la acción estaba en $ 21.740 aproximadamente al momento de la oferta. Pero no menos cierto es que su valor intrínseco, para mí, debe rondar los $ 30.000 por acción. Si a ello se le suma la “prima de control”, usual en estas operaciones, el precio mínimo aceptable de la oferta debería rondar los $ 42.000 aproximadamente por acción; es decir un 40,5 % más de lo propuesto en la “oferta envenenada” de los Gilinski.
Como la OPA es, máximo, por el 62,6 % de las acciones de Nutresa, si todos los accionistas vendemos, por ese precio “malongo” de $ 29.879, ¿cuánto quedaría valiendo nuestro 37,4 % restante de las acciones no compradas por Gilinski? Creo que muy poco, “tendiendo a cero pollito”, pues ellos quedarían con el control mayoritario de Nutresa; y son muchas las medidas que podrían tomar, no siempre en favor de los accionistas ahora minoritarios, por ejemplo: sacar la acción de Nutresa de la Bolsa de Valores, deteriorar la política actual de dividendos, llevarse de Medellín el domicilio de la sociedad, crear sociedades satélites de propiedad de los mayoritarios para hacer negocios rentables con Nutresa. Además, comprando el 62 % a ese precio, el 38 % restante les quedaría casi gratis.
¿Pero si solo vendemos los accionistas distintos a Sura y a Argos qué pasaría? Que Argos y Sura quedarían “en la lona”, pues, como vimos, sus participaciones en Nutresa (9,83 % y 35,25 % respectivamente) perderían muchísimo valor de mercado.
Además, los Gilinski entrarían a las administraciones de Sura y de Argos con las acciones que Nutresa posee hoy en esas dos empresas. Así las cosas, el GEA quedaría muy malherido y, lógicamente, sus propias acciones bajarían considerablemente de precio. Además, su administración se vería complicada, inútil e improductivamente. Eso indica que hoy quien sea simultáneamente accionista de Nutresa, de Argos y de Sura quedaría en pésimas condiciones frente a como se encuentra a la fecha.
Una oferta justa y razonable sería haber ofertado por el 100 % de las acciones de Nutresa en circulación, y a un precio de, por lo menos, $ 40.000 por acción.
¿Y qué pasaría con la actual administración de Nutresa? No quiero ni pensarlo; pero la revista Semana, y lo que los Gilinski han hecho con ella (acabarla, a tal punto que gratis es cara) nos da una idea que realmente me estremece. ¿Cuántos directores y ejecutivos de toda la vida, y de probada experiencia y honestidad, serían desplazados para que los nuevos amos de Nutresa pongan sus amanuenses al frente de la empresa?
Además del valor patrimonial que representan hoy las acciones de Nutresa, para muchos de nosotros esas acciones tienen también un valor no económico, sino casi sentimental, puesto que muchas de ellas han sido legado de nuestros abuelos y, esperamos, lo sean también para nuestros nietos. Puede que para alguna gente esto sean “bobadas paisas”, pero para muchos de nosotros este es un argumento muy importante a la hora de decidir. No todo es plata.
Anteriormente, y con jugadas similares, Antioquia ha perdido varias empresas a lo largo de los últimos años, y sobran los ejemplos. ¿Vamos a permitir ahora que se pierda también Nutresa (nuestra joya de la corona)?
Yo le propongo a Sura y a Argos que, conjunta o separadamente, ante esta coyuntura, hagan sendas ofertas públicas de adquisición de acciones de Nutresa, cada una por el 5 % del total de esas acciones, a un precio mejor que el de Gilinski, pagaderas, respectivamente, con acciones liberadas de Sura y de Argos a un precio apetecible para los vendedores; todo previa emisión de dichas acciones. Así, creo que todos los accionistas de Nutresa quedaríamos contentos
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 18 de noviembre de 2021.