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Fernán Martínez     

A Alejandro Gaviria le va a tocar elaborar, con más convicción, su discurso ante este tema.

Científicos, pensadores y filósofos famosos han negado la existencia de Dios, pero solo cinco ateos ha sido elegidos presidentes.

Cuando Alejandro Gaviria no quería ser presidente sino investigador, escritor o programador, confesó en sus escritos, radio, prensa, televisión y redes que era ateo, ateo activista. Ahora le toca explicarles eso a las almas de los electores que les piden la bendición a sus padres o se las dan a sus hijos cuando salen de la casa, a los padres de los niños que se están preparando para la primera comunión o a los familiares de los enfermos agonizantes que les piden los santos óleos.

En Colombia, más del 97 por ciento de los ciudadanos son creyentes, practicantes o no practicantes. El país está consagrado al Sagrado Corazón de Jesús por el decreto 820 del 18 de mayo de 1902; desde ahí, todos los años, 71 días después de la Pascua, se celebra el día del Sagrado Corazón de Jesús, la imagen de Jesucristo con el corazón abierto, con una corona de espinas hendida en sus aurículas y ventrículos y con los dedos en posición VAR, pende en las paredes de hogares, escuelas, hospitales, talleres de mecánica, panaderías y hasta bares y cantinas.

Los 60 puntos del ideario de Gaviria compiten con las 12 promesas o plan de gobierno celestial del Sagrado Corazón de Jesús para esta vida y la otra, que seducen y convencen a millones de colombianos.

En el país donde Alejandro Gaviria quiere ser presidente, se le rinden de rodillas y con los ojos cerrados, rezos, plegarias y peregrinaciones al Divino Niño Jesús, al Señor Caído de Monserrate, La Virgen de Chiquinquirá, el Señor de los Milagros, la Virgen de Las Lajas o María Auxiliadora; en todas las guías turísticas aparecen destacados sus santuarios. En la Antioquia de Alejandro Gaviria destella la fe por santa Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui, tanta que Caracol Televisión produjo una telenovela para horario AAA sobre la vida de esta religiosa.

Alejandro Gaviria le apunta con fe al voto de los jóvenes, donde la religiosidad disminuye debido a su estilo de vida, pero en el incierto país, la gran mayoría de adultos sigue atada al catolicismo o al cristianismo mutante.

El identitario religioso de Alejandro Gaviria no solamente lo obliga convencer a votantes de la derecha, la izquierda, del centro e intermedios; su labor más difícil la va a tener convenciendo a los que se echan la bendición cuando pasan frente a una iglesia, cuando van a una entrevista de trabajo, cuando despega su avión, o cuando se tiran a la piscina; le toca convencer a los taxistas que llevan colgados escapularios y rosarios en el espejo retrovisor, a todos los piadosos choferes de buses y camiones devotos de la Virgen del Carmen.

Con su discurso conciliador, su voz suave, sus citas literarias y con sus cachumbos desgonzados en la frente como Clark Kent cuando se viste de Supermán, debe no mosquear a los campesinos que llevan a bendecir sus animales y semillas a la iglesia del pueblo, a los que guardan estampitas religiosas en sus billeteras, a los que lavan las balas con agua bendita, a los monoteístas, incluidos los crecientes y disciplinados cristianos, a los pentecostales, a los que juran por Dios Todopoderoso y si así lo hicieren, Dios y la Patria os premien; si no, Él y ella os lo demanden. Las voces en los púlpitos y en las bodegas repletas de cristianos cantando alabanzas en sillas Rimax calan y deciden la X en el tarjetón.

En este largo viacrucis de 40 semanas de campaña, a Alejandro Gaviria le va a tocar elaborar, con más convicción, su discurso ante este tema que ahora se reduce a que es un ser espiritual y que eso lo demuestra en sus poesías.

¿Cuál es, entonces, su forma de no creer en Dios?

Para algunos impíos, el ateísmo es una forma de religión. ¿Será Alejandro Gaviria Uribe otro más de los cinco ateos elegidos en este mundo de 196 países, a la diestra de Pedro Sánchez, de España; José Mujica, de Uruguay; Rodrigo Duterte, de Filipinas; Alexis Tsipras, de Grecia, y Xi Jinping, de China?

¿Cumplirá con lo que ordena el artículo 192 de la Constitución de Colombia? Los milagros existen. FE.

En Twitter: @fernanmartinez

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 05 de septiembre de 2021.

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