Ortega fue un aliado del terror. Su relación con Hugo Chávez, además de pérfida, significó la consolidación de un bloque del terror, que, dirigido por Cuba y por los Castro, hizo mucho daño a Latinoamérica. Nicaragua no solo ha intentado numerosas veces arrebatarle a Colombia su dominio marítimo en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina para favorecer económicamente a sus aliados internacionales Rusia y China, sino que también fue un promotor del terror en Colombia. Bien es sabido que el régimen de Ortega ha sido un benefactor de las guerrillas colombianas.
Además, el tirano de Ortega ha perseguido a la iglesia católica, tal como sucedió en Cuba y en los demás gobiernos comunistas. Ortega ha asesinado a cientos de sus opositores, simples ciudadanos, estudiantes, jóvenes, hijos de una madre, que han sido arrebatados a sus familias, solo por el hecho de reclamar lo inequívoco.
La represión estatal se ha convertido en el más puro terror para quienes han tenido el coraje de enfrentar, desmentir y confrontar al régimen. Un régimen tropical represivo, violento y criminal. Ortega es un depredador de la libertad de prensa, de opinión, de culto, etc. Es un depredador de la sociedad, que, para infortunio de Nicaragua, llegó para quedarse.
Guerrillero sandinista, tanto como sanguinario, Ortega espera continuar en poder, luego de presentarse a unas elecciones sin ningún contendor. Además, con el sórdido y desfachatado proceder en su interés de ser reelecto junto a su fórmula presidencial, Rosario Murillo, su vomitiva esposa. La actual vicepresidenta Murillo, es en absoluto criminal, una maleante, al igual que su pareja.
En Nicaragua, las protestas que estallaron en 2018 en contra del horrífico gobierno, que no solo fueron reprimidas y reprendidas, sino que también fueron aprisionados de forma injusta hasta el día de hoy, varios de los manifestantes, que con justa causa y de forma valiente se movilizaban contra la tiranía.
Bajo viles excusas como deteriorar la independencia, la soberanía, la autodeterminación nacional e incitar a la injerencia extranjera en asuntos internos, todos los opositores políticos han sido cautivos, con el evidente fin, de que la fementida pareja continue en el poder. La inmoralidad de la pareja Ortega es evidente, tanto en lo personal como en lo público. La hija de Rosario Murillo, es decir, Zoilamérica Narváez, sostiene que Daniel Ortega abusó sexualmente de ella. Y, Murillo, que defiende a Ortega por encima de su hija, lo hace evidentemente por mantener su posición.
Ortega es un inhumano, un hombre cruel, un monstruo. Al igual, estará dispuesto a cualquier situación con el fin de mantener y seguir perpetrándose en el poder. En efecto, fueron prohibidos los partidos políticos opositores, sus miembros detenidos, y cualquier sospecha de competencia a su monopolio de poder, ha sido dilucidada. Inclusive, están restringiendo e intimidando a las instituciones financieras que aún existen en el país centroamericano. Pues bien, que después no digan que hay democracia en Nicaragua. Y, que, la lección sea educativa, pues lo peor que podría suceder a una nación es que un guerrillero llegue al poder.
@rosenthaaldavid
https://www.elnuevosiglo.com.co/, Bogotá, 1° de septiembre de 2021.