Columnistas Nacionales
Jesús Vallejo Mejía
Karl Schmitt, el famoso pensador alemán sobre la política, decía que en esta reina la dialéctica amigo-enemigo. Se afirma, en efecto, que la política se ejerce con los amigos y contra los enemigos, los cuáles se clasifican como enemigos interiores, exteriores y anteriores. Hay una categoría adicional: los enemigos imaginarios.
José Alvear Sanín
Si estuviéramos viviendo dentro de la vigencia de la Constitución y la Ley, sería una excelente noticia la apertura del abanico presidencial del Centro Democrático, formado por María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín, Andrés Guerra y Miguel Uribe, del cual debe salir el candidato único del uribismo. Pero en las circunstancias actuales, éste no llegará la Presidencia, sino que hará más fácil la continuidad del petrismo, porque si cada partido democrático presenta su candidato, la división nos llevará inexorablemente a repetir el desastre de 2022.
Carlos Salas Silva
Lanzarse como candidato una persona que no ha tenido presencia en los medios, habiendo mantenido un perfil bajo a pesar de sus éxitos empresariales, es toda una apuesta. Me refiero, por supuesto, a Santiago Botero, cuyo nombre nos suena, pero más por su homónimo ciclista quien alcanzó, en sus días de gloria, notoriedad -curiosamente, los dos tocayos nacieron en la misma ciudad y son contemporáneos-. Una apuesta arriesgada para un inexperto en la materia (aunque el ingeniero Hernández la hizo llegando a perfilarse como posible ganador de la contienda quien, con todo lo malo y lo poco bueno, llegó a la segunda vuelta en las pasadas elecciones presidenciales), en una mesa de juego candente cuando el país está en manos de la delincuencia organizada incrustada hasta en el mismo gobierno.
Alfonso Monsalve Solórzano
Con Petro se está haciendo realidad una de las peores pesadillas de nuestro país: convertirse en una narco-república sustentada en una narco-economía, cuyos ingresos ilícitos crecen desmedidamente mientras se marchitan todos los otros renglones de la producción y de los servicios colombianos. Y todo, gracias a su errática lucha contra el narcotráfico, que ha renunciado a cualquier control de la siembra y favorecido con su política “de paz total”, en nombre de la cual se niega a combatir - o lo hace timoratamente y dándoles todas las ventajas militares y políticas- a los grandes narcotraficantes que son los grupos armados organizados, el ELN, las Disidencias de las Farc, especialmente, en razón de su alegada pertenencia a la izquierda “insurgente”; pero también, el Clan del Golfo y las grandes estructuras criminales de las ciudades
Álvaro Uribe Vélez
“Un mejoramiento continuo del nivel de ingresos de los trabajadores requiere normas eficaces, no ideológicas que producen el efecto contrario.
José Obdulio Gaviria
“Hay que leer este libro, El Secuestro de Occidente, de Alejo Schapire.