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John Mario González 

Enmascaran los hechos y quieren torcerle el pescuezo a la realidad, como en la toma del Palacio.

Apesar de su pobreza conceptual y despliegue de una especie de saber atropellado, es un libro de una extravagante presunción. En él se pueden encontrar autoproclamaciones de intelectual, aristócrata del conocimiento o el personaje que los paramilitares paradójicamente sienten hoy como la única posibilidad de paz real en Colombia.

Pero al paso que va, el libro de Gustavo Petro Una vida, muchas vidas puede convertirse en el éxito editorial del año, no solo en librerías, sino también en ediciones de piratería. Es que, así como hay personas que edifican su éxito sobre el desconocimiento o la necesidad ajena, verbigracia los agiotistas, hay libelos que se venden como pan caliente porque se aprovechan de la frustración y la incomprensión social del por qué la disfuncionalidad del país o los crecientes cinturones de pobreza y miseria.

La pócima mágica que ofrece el alquimista es en extremo sencilla, por ende, de fácil propagación. Tan simple como ensalzar en 340 páginas a un Robin Hood local que llegó a tener no más que un colchón, aunque ahora su debilidad sean los zapatos Ferragamo y las mansiones. Un autodenominado amante de los pobres que promete una cruzada contra los ricos egoístas y el neoliberalismo que los ampara. Porque para el mesías no existen problemas de conducta o disciplina social, cultura política, productividad, violencias arraigadas, erosión de la confianza pública o falta de lealtad hacia las instituciones.

Por eso mucho menos importa que su diatriba esté plagada de errores, engaños, odas a ideas fracasadas o falsos silogismos, como aquel en el que sostiene, página 319, que les propuso a Claudia López, Angélica Lozano y Antonio Navarro que juntaran las listas al Senado (de 2018) y que en ellas (sic) salieran las opciones presidenciales. A renglón seguido afirma que hicieron lo contrario y lo engañaron. ¿Cuál puede ser la lógica de alguien que cree que una proposición constituye una obligación?

Aunque sería tarea imposible enlistar todos los yerros y desafueros del ahora famoso redentor o enredador, valga agregar que en las páginas 144 y 145 asegura que Carlos Pizarro viajó a Casa Verde, el campamento de las Farc, con la idea de construir el proyecto de la Coordinadora Guerrillera y que regresó al Tolima en diciembre de 1988. Sugiere que el viaje de ida sucedió meses antes. No obstante, omite el novel intelectual que la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar se creó en septiembre de 1987, una evolución desde la Coordinadora Nacional Guerrillera fundada en 1986.

Alguien pudiera decir que son yerros menores. El problema es que son apenas la muestra de cómo enmascaran los hechos y quieren torcerle el pescuezo a la realidad, como en la toma del Palacio de Justicia.

Me refiero a su narrativa según la cual, página 88, "es altamente probable que haya sido [Pablo] Escobar quien le avisara al Ejército sobre la toma", pero luego, página 200, ya no es una hipótesis, sino una certeza. Manifiesta que "no previmos… que el jefe del cartel de Medellín se aliaría con las Fuerzas Armadas para asesinar a los magistrados que lo estaban juzgando…".

Con esa lógica y otros artilugios perversos el país le sale a deber al M-19 por los esfuerzos patrióticos de asaltar el Palacio de Justicia; Iván Duque tiene que cederle la presidencia porque ganó con fraude, o Bogotá comenzó un oasis para la clase media gracias a la divina gestión de Petro y no por el efecto derrame de la bonanza minero energética, porque ni la menciona. Igualmente, que en últimas los engañaron porque el acuerdo de paz de 1990, página 199, sugería usar un modelo que permitiera que las formaciones nuevas eligieran más parlamentarios que las tradicionales. Al extrapolar esa lógica, a las Farc se les deberían haber otorgado como mínimo 200 curules.

De verdad que es un descaro y abuso de la débil y noble democracia que un candidato presidencial se esté vendiendo con mentiras, como si nunca se hubiera desmovilizado en su propósito de destruir las instituciones. Que dios proteja a Colombia.

https://www.eltiempo.com.co, Bogotá, 05 de noviembre de 2021.

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