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Álvaro Ramírez G.   

Con el cinismo de siempre y el irrespeto a la inteligencia de los colombianos, Rodrigo Granda manifestó a su regreso al aeropuerto Eldorado, que ¡"el gobierno colombiano no ha hecho más que sabotear el proceso de paz"!

Eso es probadamente falso.

El Dr. Archila, uno de los más eficientes ejecutivos de este gobierno, ha mostrado con videos, fotos, cifras y registros, que los desmovilizados han sido juiciosa y oportunamente atendidos.

Pero no dice Granda que de los 7.500 desmovilizados, ya 4.000 de ellos regresaron al monte a delinquir.

Pero a Granda lo está pidiendo es el Paraguay.

La circular roja de Interpol se origina en Asunción y tiene que ver con uno de los crímenes más atroces que haya vivido ese país, el cual dirigió y en el que participó activamente Granda.

Emilio Cubas Gusinsky, primo de Cecilia Cubas, empresaria de 31 años e hija del expresidente paraguayo, Raúl Cubas Grau, ha hecho un video narrando el horrendo crimen de las Farc en Paraguay.

Cecilia fue secuestrada el 21 de septiembre del 2004, y mantenida en cautiverio hasta febrero del 2005, cuando fue encontrada muerta.

El dictamen forense muestra que Cecilia fue torturada, violada y enterrada viva.

Además, estaba embarazada.

Granda y sus secuaces asesinaron a dos seres humanos.

Y la familia ya había pagado una jugosa suma por su rescate.

Este crimen atroz, fue perpetrado por el brazo armado del partido Patria Libre, que después se denominó Ejército del pueblo Paraguayo, EPP.

Pero este crimen fue asistido y dirigido por las FARC de Colombia y en el participó activamente Rodrigo Granda.

Fueron capturados y condenados los autores de este execrable crimen y allí quedó registrado y judicializado Granda.

Granda, que tenía allí el nombre de Ricardo Téllez, tiene desde entonces una orden de captura en Paraguay.

En los computadores de Raúl Reyes está una copiosa información de la participación de las FARC, en este miserable crimen.

Esos son los congresistas que hacen hoy nuestras leyes, por cortesía de Santos. ¡Unos crimínales!

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