Otras opiniones
Los Irreverentes (Editorial)
Alevoso y desafiante. Así se mostró el senador afín a las Farc Iván Cepeda durante la última jornada en la que intervino el fiscal Gabriel Ramón Jaimes Durán en la audiencia de preclusión del caso del presidente Uribe Vélez.
A. De La Espriella
(I)
Si hay una familia que represente ese estilo de aprovechamiento y ventajismo, son los Galán Pachón. Desde que Luis Carlos Galán, el líder del Nuevo Liberalismo, fue asesinado por los “extraditables”, su viuda, hermanos, vástagos, cuñadas y todo aquel que haya tenido parentesco con el caudillo, hasta en un sexto grado de consanguinidad, han pelechado del Estado, sin más pergaminos que el ADN en común con el inmolado político.
Mauricio Rubio
Entrevistas a exmilitantes de Eta revelan que a pesar de décadas de encarcelamiento no sienten el más mínimo arrepentimiento. Aunque eso molesta en España, los comandantes de las Farc apoltronados en el Congreso no inquietan a algunos expertos peninsulares. Todo lo contrario.
Juan Gómez Martínez
Así dice Suso cuando sale con alguna indirecta: “el que entendió, entendió”. Parece que Ana Cristina Restrepo Jiménez, articulista en este diario, no es de la escuela del humorista.
Vanguardia (Editorial)
Aprovecharse de la inocencia, inferioridad física y vulnerabilidad psicológica de los menores de edad para sus fines bélicos, es una de las deudas más grandes que los excombatientes tendrán siempre con el país, pues esto causó uno de los dolores que más tiempo nos llevará superar como Nación.
Santiago Castro*
Falta un año para que termine el Gobierno y muchas cosas pueden suceder en ese lapso. Pero con alguna seguridad podría afirmar que, con la pandemia y el mal llamado paro, el presidente Iván Duque ha enfrentado ya los mayores desafíos de su mandato ¡Y qué magnitud de desafíos! Una pandemia cuya dimensión no se había visto desde la gripe española en 1918-1922, y una violenta protesta orquestada por unos sectores políticos, tratando de paralizar un país y bloquear a un gobierno elegido democráticamente. Este suceso solo es comparable al paro nacional que tumbó en 1957 al General Rojas Pinilla del poder, pero en esa ocasión se trataba de restablecer la democracia y no de destruirla. Y ya en retrospectiva, aun cuando en su momento rabiamos muchos por lo que parecía falta de autoridad o decisión del Gobierno, hoy creo que el presidente acertó en el equilibrio que mantuvo, en especial cuando visualizó lo que podría haber sucedido de haberse tomado otras decisiones.
