Facebook

     SiteLock

José Ramón López G.

“Para defender la democracia es menester acatarla. Gustavo Petro es el Presidente. Que nos guíe un sentimiento: Primero Colombia” AUV.

De entrada, digamos que NO es claro y hay muchas sombras sobre el resultado, especialmente en cuanto su aumento de votos entre la primera y segunda vuelta. No es desacatar la democracia hacer unas pocas digresiones, aventurar hipótesis en torno a qué se debió tan deplorable resultado para la democracia colombiana en cuya defensa muchos han ofrendado su vida.

¿En qué se podría fundamentar la excesiva votación que llevó a la presidencia a Petro? Lo que aquí suscribo se fundamenta en mi criterio, en lo leído y escuchado, en el intercambio de opiniones con otras personas.

  1. En Colombia aún no se ha podido derrotar la abominable práctica de la compraventa de votos en todas las regiones, pero, de manera especial, en la costas Atlántica y Pacífica donde el crecimiento de la votación petrista fue inusitado; muy difícil que ello se deba a un cambio de mentalidad de la población. ¿No será posible que allí se haya presentado una gran compraventa de votos impulsada por personajes como Roy Barreras y Benedetti? El primero de ellos ya declaró en los petrovideos que su especialidad son los trabajos sucios que el mismo pudo haber hecho en el Valle del Cauca y el segundo en el Caribe.  Podría decirse que esa copiosa votación se deba también al dudoso origen costeño del triunfador.
  2.  La votación indígena y afro que vive en regiones apartadas, en una especie de guetos, donde esta férreamente controlada por los dirigentes de agremiaciones afros e indígenas abiertamente petristas. Circulan fotos y videos de gentes, especialmente indígenas, llevados a votar como si fueran al matadero.
  3. La presión armada sobre la anterior población ejercida por narcos, ELN, disidencias y paramilitares (ej. Clan del Golfo), con los cuales el Pacto Histórico, a través del hermano de Petro y Piedad Córdoba, estableció diálogos en las cárceles, sobre todo en La Picota, encaminados a ofrecerles un “perdón social” para todas sus fechorías.
  4. El trabajo sucio, bajo cuerda o abiertamente de apoyo de  algunos liberales santistas, samperistas y gaviristas Por lo anterior no es raro que el partido liberal se declare partido de Gobierno, dada la histórica proclividad que ha tenido en el pasado y tiene en el presente ese apartido con organizaciones al margen de la ley como con las extintas Farc de Tirofijo y el M 19 de Jaime Bateman, el EPL de Oscar William Calvo, PRT y la ya en ciernes conciliación con la banda terrorista del ELN cuya cúpula se refugia en Cuba Y Venezuela. Hay una evidente alianza entre la mayoría del partido liberal y el petrismo, que le dio sus réditos políticos al nuevo presidente. A propósito, no olvidemos que Petro salió o fue expulsado del Polo Democrático por sus evidentes nexos con el santismo que se consolidaron el 19 de junio y que se harán más férreos con la repartición de la ”mermelada”, que se expresa en posiciones en el nuevo gobierno que podrían tener reconocidos liberales como Prada, Cecilia López, Rudolf Hommes, Alejandro Gaviria y otros que poco a poco se irán acercando.
  5. No es despreciable el respaldo y accionar de los grupos y grupúsculos que conforman el denominado pacto histórico tales como PCC, Polo Democrático, UP, Comunes (los cuatro siguen una misma línea política dirigidos por el Partido Comunista, cuya acción le ha hecho mucho mal a la misma izquierda y especialmente a todo el país). Agréguense a los anteriores otros grupúsculos como MAIS, PTC, primeras líneas y sobre todo las organizaciones gremiales que manipulan y controlan a sus afiliados; entre ellas destaquemos las organizaciones de jóvenes, mujeres, indígenas (CRIC y similares) y FECODE cuyo presidente en pleno levantamiento anárquico del año pasado declaró que el objetivo de ese caos provocado era sacar del poder a Duque, minar al uribismo y al Centro Democrático.
  6. Tampoco puede ser descartable un fraude en la criticada Registraduría, como el ocurrido en las elecciones de congreso, en las cuales se favoreció con aumento de curules solamente al Pacto Histórico al hacerse el reconteo de votos.

Y en cuanto a la contraparte de Petro, en la cual supuestamente se realinderaron unos con mayor firmeza que otros, el partido de la U, el Conservador, el liberal, Cambio Radical, MIRA y los cristianos y el Centro Democrático, que tuvieron una copiosa votación para el congreso  que no se vio reflejada en votos para Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández; no sería exagerado decir que las altas votaciones de los dos anteriores fue producto de la acción del Centro Democrático, el partido más consecuente en la coalición Equipo por Colombia y con el Ing. Hernández. También jugó un papel importante, aunque no decisivo, la inconsistente posición de los fajardistas que propusieron la abstención, la independencia o el voto en blanco a sus electores y no se unieron a la ola antipetrista, por lo cual se ganaron merecidamente la rechifla y el repudio de mucha gente, sobre todo en Antioquia.

A Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández les aplicaron la misma estrategia política que a Uribe, Fajardo y al inconsecuente de Alejandro Gaviria y que el país vio transmitida en vivo y en directo en los llamados “petrovideos”, que era la de atacarlos, aunque como allí mismo se escucha, eso se hiciera traspasando “los límites éticos”. Para llevar a cabo esa perversa estrategia se acudió a las redes sociales, a las llamadas bodegas, todo lo anterior bajo la dirección de dos oscuros personajes: Roy Barreras y un tal Guanumen, que actuaron con el consentimiento del “señor presidente de las bolsas”.

Con todos los anteriores perversos antecedentes se fraguó, creo yo, un duro golpe, tal vez el mayor que haya podido recibir la democracia colombiana en toda la historia de la república, cuya consecuencia principal será el cambio de modelos político, económico y jurídico en la dirección del estado, que nos traerá nefastas consecuencias y nos llevará a recorrer el doloroso camino que hace años transitan Cuba, Venezuela y Nicaragua cuyos paraísos prometidos por Los Castro, Chávez, Ortega se han vuelto unas sangrientas dictaduras. Ese mismo sendero lo empiezan o volverán a recorrer el Brasil de Lula, La Argentina de Fernández, la Bolivia de Arce, el Chile de Boric, el Perú de Castillo, el Méjico de AMLO y la Honduras de la sra. Castro, amiga de Piedad Córdoba. Sólo se salvan por ahora en Suramérica las Guyanas, Paraguay y Ecuador que ya vivió una amarga experiencia con Correa -el Petro de ese país- y en la mayor parte de Centroamérica - Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá- donde por ahora no hay gobiernos similares a los de los citados países.

Ante lo que se viene, ¿qué hay que hacer? Ya el gran colombiano, demócrata y patriota Alvaro Uribe Vélez han empezado a ponerle el pecho a la brisa “castrochavista” y empieza a trazar el camino a seguir. Confiamos en que él, su partido (mi partido), y los patriotas de Colombia resistirán y se opondrán a los desafueros que se nos vienen encima. OJALÁ MIS MALOS AUGURIOS NO SE CUMPLAN. Por lo pronto concluyamos con Uribe, y tengamos en cuenta esto que poéticamente dijo y que a pesar de lo romántico que suene tiene un gran contenido político: “EL AMOR VUELVE, LA DEMOCRACIA NO.”

Publicado en Columnistas Regionales
Switch mode views:
  • Font size:
  • Decrease
  • Reset
  • Increase