Rafael Rodríguez-Jaraba*
Estoy enteramente de acuerdo con la senadora María Fernanda Cabal Molina y con los más importantes juristas que tiene la nación en materia constitucional, cuando manifiestan que, Petro, al promover una Asamblea Nacional Constituyente, busca que el pueblo le confiera poder para legislar, con lo que se sustituiría el Congreso de la República al asumir sus funciones, y, con ello, lograr que sus regresivas y enrevesadas reformas no tengan oposición, lo que constituiría, además de una indebida y muy peligrosa concentración de poder, un quebrantamiento manifiesto del derecho fundamental al disenso consagrado en el artículo 112 de la Carta, así como en la Ley 1909 de 2018 contentiva del Estatuto de la Oposición.
Julio González Villa
He citado muchas veces a Eduardo Caballero Calderón. Este escritor nació en Bogotá el 6 de agosto de 1910 y murió el 3 de abril de 1993. Estos Caballero (Su padre fue Lucas Caballero Barrera) son de Suaita (Santander) y los Calderón de Boyacá. Es hermano de Lucas Caballero Calderón, que escribía en el Tiempo con el seudónimo de Klim. Fue el fundador del municipio de Tipacoque, pueblo que fue vereda de Soatá. Es la puerta o límite entre Boyacá y Santander. Territorios donde comenzó el proceso de la violencia política en Colombia, cercano a Boavita donde estaba la tristemente famosa vereda Chulavita, de donde vinieron los “Aplanchadores”.
César Salas Pérez
Bastante lamentable resulta comprender que por obra y gracia del actual gobierno, Colombia es oficialmente, un Estado insurgente y peor aún, un Estado fallido, debido, precisamente, a su claudicación ante la insurgencia de la cual el presidente Petro nunca se desligó, a su vez, al avance sin precedentes en la desinstitucionalización en procura de formar el caos social, la desconfianza ciudadana y el miedo de la gente a caer en una guerra civil premeditada por Petro y auspiciada por su patrón, el dictador Maduro.
Centro Democrático: el poder de las ideas (3074)
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A. Otras columnas para leer
Luis Guillermo Vélez
El verdadero académico es modesto y alejado de la ostentación y jamás se sometería al grotesco espectáculo que ofrecen sin pudor algunos de los actuales aspirantes.
Álvaro Ramírez G.
La avalancha de reveses que viene sufriendo el gobierno Petro, lo tiene sumido en la desesperación.
José Alvear Sanín
Hace años se me quedó empezado El loro de Flaubert, agradable relato de Julian Barnes (1946), quien, con más de una docena de novelas, ocupa importante lugar en la nueva narrativa británica. Sin mayor interés en su producción ojeé su Inglaterra. Inglaterra (Barcelona: Anagrama, 1999), y cuando vi que allí aparecía la isla de Wight no pude resistir la tentación y me llevé el libro.
Carlos Salas Silva
“Estoy viejo, enfermo, cansado, desengañado, afligido, calumniado y mal pagado. Créanme que nunca he mirado con buenos ojos los levantamientos y que durante estos últimos días me he arrepentido hasta de los que emprendimos contra los españoles”. Simón Bolívar
Juan David Escobar Valencia
Aunque parezca extraño, en la lista de sospechosos también se encuentra él, y por ello se obsesiona en construir una imagen idealizada de sí mismo.
Luís A. Colmenares
¡Claro que sí! Estoy de acuerdo, pero ahí no se puede llegar con el alma envenenada o con ánimo de retaliaciones, sino a partir del gran acuerdo o diálogo nacional que ha estado proponiendo el presidente Petro, en el cual deben quedar perfectamente definidos los temas y sus limitaciones. No se puede negar que hay muchas cosas que tienen que ser ajustadas en el Estado colombiano, sobre todo relacionadas con abusos, privilegios, inmunidades, burocracia inútil, politiquería, corrupción. Así resulta innegable que nuestro sistema necesita reformas profundas para adecuarse a las demandas y realidades del siglo XXI.