Darío Ruiz Gómez
Darío Ruiz Gómez
No ha abundado en Colombia ese tipo de historiador que haya mostrado interés en lo que significa la vida de gobernantes y políticos en la intimidad, en esos secretos amorosos que también responden en cada relato a las intrigas de geniales embaucadores(as) o al papel decisivo que tiene el chisme en su tarea de difamar a un contrario(a) con fines políticos tal como lo ilustran las historias de alcoba en algunos gobiernos ingleses o norteamericanos, en el gobierno de los Kirchner. Historia de adorables efebos que recurrieron a sus encantos físicos para obtener favores de los poderosos iniciando así su vida pública.
Darío Ruiz Gómez
Imaginemos que de común acuerdo los diferentes medios de comunicación dejaran de referirse a Petro; instantáneamente desaparecería y para siempre de cualquier realidad. Para que un dirigente logre convertirse en un líder carismático -pongo el ejemplo-, necesitaría haber sido ejemplarizante y puro, ajeno a las vulgares ambiciones terrenales de la corrupción. Pero para desgracia suya, Petro nunca se borrará de nuestra mente cuando el video lo muestra con grosera precipitud contando fajos y fajos de billetes, que saca de una bolsa, en la actitud del desconfiado delincuente que certifica con ese recuento que no lo van a engañar y que la suma enviada es exacta a la que esperaba recibir.
Darío Ruiz Gómez
El dominio del pensamiento de Jean Paul Sartre sobre mi generación fue perturbador; afortunadamente, como lo recordó Fernando Cruz Kronfly, ahí estaba la figura de Albert Camus para enfrentar ese gran dogmático, que en su prólogo a “Los condenados de la tierra” de Franz Fanón, recomendó –al igual que Fanon- el asesinato de cualquier colonialista con “tal de liberar los pueblos oprimidos”.
Darío Ruiz Gómez
Me parece a simple vista que la defensa del expresidente Uribe ha cometido un error garrafal, al convertir su defensa frente al poderosísimo grupo enemigo, al cual representa Iván Cepeda, en un problema para abogados litigantes que hoy lo defienden a él y a la misma hora están defendiendo a un equívoco personaje.
Darío Ruiz Gómez
El ojo avizor de un funcionario descubrió a Piedad Córdoba cruzando el puente fronterizo de Cúcuta, disimulada entre la cola de niños exhaustos, ancianos(as), jóvenes derrotados que buscan escapar del infierno de la narcodictadura. ¿Se había cambiado su turbante ostentoso por uno de telas baratas, por un sencillo hábito y unas chancletas para “empaparse de pueblo” y en la nueva campaña electoral “dar voz a quienes no tienen voz”?
Darío Ruiz Gómez
El problema más importante de Medellín es hoy, como lo he venido diciendo, el de ser una ciudad que contó con una estructura urbana, pero que ahora, ante la acumulación de distintas problemáticas como el impacto ambiental, la pérdida de su centralidad histórica, ha venido cayendo en una preocupante dispersión urbana, sin que exista de por medio un proyecto de ciudad; mientras las Comunas dejadas al garete, en remotas periferias sin corredores viales, puentes que impidan su ghettización, con una vida social ensimismada, sin ejes espaciales cívicos que convoquen a sus ciudadanos a reconocerse en un intercambio social donde se puedan identificar, desplazados, marginados bajo nuevas hibridaciones, son el espejo de la ciudad que desaparece.
Darío Ruiz Gómez
El triunfo inesperado y arrasador de la Derecha argentina contra el kirchnerismo y sobre el Presidente Fernández, ha tomado por sorpresa al populismo latinoamericano y no solamente al argentino. Y esto a pesar de los grandes errores de Macri para apuntalar la permanencia de la Democracia e impedir el retorno de las cada vez más siniestras Cristina Kirchner, la Cámpora y sus gorilas, tal como por desgracia sucedió, lo cual supuso algo que una mente civilizada no podía esperar: el retorno a un pasado de más miseria, más destrucción social.
Darío Ruiz Gómez
Sabe Stalin cuando todo el poder es suyo, que lo decisivo es la tarea de crear un lenguaje acorde con su proyecto totalitario, que sea capaz de borrar la presencia de la odiada “cultura burguesa” – permítanme que insista en ello porque es lo que nos está sucediendo-, instrumentando brutalmente un lenguaje burocrático en el cual no existe el recuerdo y mucho menos la duda, porque sencillamente ya no hay individuos sino camaradas felices y por lo tanto la Filosofía, que es duda, desgarramiento, está proscrita y la neolengua debe limitarse a perseguir a quienes prefieren la vida a las falsas utopías.