José Alvear Sanín
José Alvear Sanín
No hay duda de que las propuestas, o promesas, de Petro son irresponsables en grado sumo, pero tienen indiscutible eficacia electoral. Desde luego, la irresponsabilidad ya es un rasgo notorio de inmoralidad, pero lo peor es que esas propuestas son, en realidad, promesas para cumplir desde que se inicie el mandato.
José Alvear Sanín
El cese de actividades electorales anunciado por la Alianza Reconstrucción Colombia indica hasta qué punto se ha hecho difícil hacer política en nuestro país. La Constitución de 1991 desarticuló y socavó los partidos históricos, haciendo trizas el bipartidismo que tanto conviene al sistema democrático representativo. So pretexto de edificar una democracia dizque “participativa”, se estimularon mecanismos alternativos, circunstanciales, personalistas, fluctuantes y oportunistas que, por carecer de base ideológica y arraigo popular, dependen precisamente de financiación dudosa y creciente. Esto ha transformado la actividad electoral, que ha pasado de controversia cívica a enfrentamiento de empresas de astronómico costo, con lamentable frecuencia al servicio de intereses ocultos o protervos.
José Alvear Sanín
Ante el posible horror de ver convertida Colombia en una segunda Venezuela o en una tercera Cuba, la respuesta —hasta ahora— ha sido la del avestruz: ¡Enterrar la cabeza! y exclamar que es imposible que un irresponsable y de los peores antecedentes, llegue a la presidencia.
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La mal llamada Comisión de la “Verdad”, formada por un cura tránsfuga y unos activistas de extrema izquierda, todos muy bien remunerados por el gobierno, es un mecanismo propagandístico de especial importancia, porque siguiendo a Lenin, el partido define lo que es la verdad ahora, mañana y también con retroactividad. Por eso, en el “Acuerdo Final” se impuso ese organismo para formar un trípode con el Centro de la Memoria Histórica y la JEP, con el fin de cambiar la historia y la justicia del país y lograr el control ideológico de la sociedad.
José Alvear Sanín
Se dice y repite que la democracia se originó en la Atenas clásica. Esa idea algo tiene de cierto, a pesar de las exiguas condiciones de libertad de un pequeño número de ciudadanos que se manifestaban en el ágora, al margen de un populacho esclavo, y aislados en una especie de torre de marfil. Pero también en ese medio floreció la demagogia, que es desde entonces el mayor tropiezo para el buen gobierno.
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Para entender temas fundamentales del derecho nada mejor que ciertos aforismos. Uno de ellos dice que la ley no tiene corazón y que el magistrado que le presta el suyo prevarica. En consecuencia, cuando se falla por simpatía, amistad, militancia política, obediencia, coima, etc., el juez prevarica porque tuerce, tergiversa o contradice o abusa de la ley.
José Alvear Sanín
Empieza a sobresalir por su amplia información, buen criterio e independencia, la joven periodista María Andrea Nieto. Entre muchas indagaciones suyas ha revelado al país, recientemente, los gastos en materia de “imagen” y de “comunicaciones” de la señora alcalde de Bogotá.
José Alvear Sanín
Con un gran libro, En Colombia, el terror nunca fue romántico, que Cangrejo- Editores acaba de publicar, Eduardo Mackenzie advierte que: